lunes 30 de junio de 2025

HUMOR POLÍTICO | 17 jul. 2021

La Página Amarilla

El Reino de Alexia

En tiempos electorales, todo vale. Hasta fotitos con los chicos haciendo que se cocina. Y eso no es nada... entrá y enterate de las aventuras semanales del monarca más divertido!


TAGS: ALEXIA

Parece que la onda Primo Jorge V pegó, le dio resultado y de ahí que Alexia, que podrá ser cualquier cosa menos gil, se retrató con sus vástagos a pura sonrisa, con una tarta en la mano, entrándole a una receta.

Bueno, en verdad la onda joda viene de su predecesor, Amarillo I, que manifestó públicamente que era rey de a ratos, que cuando llegaba el atardecer se encerraba con Juliana en su aposento real y se olvidaba del mundo, de las pestes y los piojos y de paso, del resto, o de todos los de las afueras. Así lo hizo, así le fue y así le dieron una patada en el medio del tujes.

En el Reino de Alexia, la cosa no es muy distinta. Todo anda como la mona y a él le importa un carajo. En medio de la peste sin control del virus de la corona, no tiene mejor idea que hacerse el gil, y encima reclamar a los reyes superiores porque no lo suben de fase y se victimiza diciendo que eso es un castigo, o algo parecido. La fase creciente del virus, lo tiene a Alexia en menguante de ideas, que como única propuesta solo tiene rezongos sin sentido.

Tal vez por eso, y viendo que a sus soberanos amigos la cosa no le va tan mal cada vez que hacen alguna boludez, decidió ir para el arte culinario. Y de paso, traer agua para su molino. Para Alexia no cuenta que los de las afueras no puedan pagar sus tributos, que algunos  tengan dos laburos para llegar a fin de mes, ni que todos trinen de calentura por lo que ya no tienen. No le importa que el reino sea un mar de lamentos, entre caídos vencidos y ninguneados. Ante tanto descalabro, a Alexia lo único que importa es que el horno no le queme la tarta. Su tarta, su torta.  

Alexia no sólo carece de empatía. Tiene una perversión indisimulable: dice que cuida a su gente y el reino sigue contando muertos; acompaña con rebeldía adolescente las aperturas de algunos reclamantes, pese a todas las recomendaciones de especialistas en su contra. No sólo no lamentó los pesares ajenos, sino que ni siquiera mostró el mínimo dolor ante los centenares de fallecidos que la peste dejó y sigue dejando; mira para otro lado cuando los posadeños se amontonan en las plazas sin control, y luego le pide a Sir Kichi que es hora ayude a su reino, donde las cosas –según dijo, sin ponerse colorado- ‘se hacen bien’.

En verdad Alexia, el séquito amarillo que lo rodea, antes Amarillo I,  ahora Primo Jorge V, están en sintonía con sus convicciones. Ése es su mundo y por eso se dedicaron a la cocina. En esas sartenes, fríen las ilusiones de algunos, derriten el trabajo de otros, y se siguen cagando de risa. Y sí, no es para menos. Si a ellos la vida les sonríe, y les importa un corno que al resto los haya tapado el agua.


PetrEgo

Parece que la cocina garpa bien, al menos a algunos que prefieren las boludeces a la gestión seria de la cosa pública. Sacar algo del freezer, amasar, armar algunos bollitos y mandarlos al horno, para presentar un buen plato, le ha dado resultado a Jorge Macri en  sus ‘vivos’ de Instagram que tiene sus seguidores. Ni lerdo ni perezoso, PetrEgo se sumó a la causa y también utilizó sus redes sociales para ir en ese sentido: “¡Hola! Aquí preparando la cena con mis cocineritos de lujo. ¿Ustedes?” preguntó. Mejor no reproducir algunas de las respuestas de varios, al verlo a pura risa, ajeno a todo, mientras la ciudad se cae a pedazos y es un lamento cotidiano.

Le sacudieron de lo lindo. “Ya que estás con la cocina, porqué no cocinás una idea como la gente”, le escribió uno. “Yo que vos, meto la cabeza en el horno y la saco en el 2030”, le puso otro. ‘Cebolla debés usar mucha, porque hace años me hacés llorar’ puso una señora. Y hubo muchos otros, irreproducibles.

No obstante, a PetrEgo le resbaló todo, porque lo que hizo, en definitiva, fue por  convicción: hace años, nos desfrizó un ratito,  y después nos mandó al horno. ¿O acaso no nos cocinó a fuego lento?

Por eso se ríe. Pese a que el horno no está para bollos, PetrEgo cree que sigue teniendo la sartén por el mango. Y por eso canchereó con ‘Yo acá, cocinando… ¿Ustedes?  La abuelita de Ciudad Fría, una sabia de todos los tiempos, al verlo socarrón y falto de empatía, le retrucó con un viejo dicho de cocina: “Mire m’ijo…. nunca olvide que con la barriga vacía, ninguno muestra alegría”.


Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

*) Una obra. Nada. Ni una sola. Igual que la semana pasada. Naranja Fanta.

*) Borrar los grafitis que Guido Covini escribió promocionando su banda en los sitios públicos.

*) Abandonar el boludismo, como pavear con la cocina, las fotos con hijos y amigos y laburar por los demás.

*) Dejar de jugar al preocupado. Decir  “con mucho esfuerzo y en conjunto con los vecinos que cumplen con el pago de sus tasas, seguimos invirtiendo en seguridad” y mostrar ocho bicis, ocho, fue un chiste de mal gusto.

*) Ponernos colorados por llevarnos el sueldo por hacer la plancha.

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