Pasaron ya seis meses, medio año. Pero el gobierno de Petrecca apuesta a la memoria fugaz y el olvido de lo sucedido. El 15 de abril había sido descubierta en la puerta del CITE, ubicado en Rivadavia al 1400, una enorme cantidad de productos alimenticios vencidos y que fueron arrojados a la vía pública.

En todo este tiempo, y pese a las explicaciones solicitadas desde el Concejo Deliberante, la secretaria de Desarrollo Social y ahora precandidata a senadora provincial, Yamila Alonso, nunca consideró correspondiente brindarle explicaciones a la comunidad que la emplea. También desoyó las citaciones de los concejales y a pesar de la locuacidad que muestra en la campaña política, nunca se presentó en el Salón Rojo a dar explicaciones ni las dio a través de ningún medio.

En este tiempo, no hubo una sola explicación pero tampoco se insistió desde la oposición con los pedidos para que el gobierno dé cuenta de este desprecio por los fondos públicos.

Los vecinos siguen sin saber por qué no se entregaron en tiempo y forma esos alimentos en tiempos de tanta necesidad. Este gobierno municipal tan poco empático no sólo no está interesado en alivianar la situación de tanta gente, por eso no reparte cuando debe estos productos que le serían tan útiles, sino que además la soberbia les impide rendir cuentas y contarle a los futuros votantes por qué pasó esto. Hace seis meses. La respuesta fue solo silencio.

Un comportamiento acorde a un gobierno municipal que roza la conducta antidemocrática, considerándose más autoridad monárquica y absoluta que un representante del pueblo que debe rendir cuentas.

LO QUE PASÓ

Fue una situación gravísima: cientos de kilos de alimento que se vencieron, fueron arrojados a la vía pública. Esto aconteció el 15 de abril, denunciado por los mismos vecinos del CITE, ubicado en Rivadavia 1470, que se acercaron a comprobar qué había en las bolsas de consorcio que se ubicaron en la puerta de la dependencia municipal.

En dos oportunidades, la soberbia secretaria de Desarrollo Social, Yamila Alonso, se dio el lujo de no concurrir al Concejo Deliberante, donde había sido citada para que rindiera explicaciones sobre lo que hizo, ella y sus dirigidos, con los fondos públicos. Porque de eso se  trata: se gastaron muchos pesos en adquirir estos alimentos que debían destinarse al Servicio Alimentario Escolar, pero jamás llegaron a estos beneficiarios ni a ninguna otra familia necesitada en la ciudad. De la mano de Alonso, el gobierno prefirió dejar vencer la mercadería y tirarla a la calle.

Y esta funcionaria designada por Petrecca, encima hora devenida en candidata a senadora provincial, no solamente desoye la citación del cuerpo legislativo de la ciudad, representante de los vecinos, sino que tampoco dio cuentas sobre su no concurrencia.