jueves 18 de abril de 2024

LOCALES | 1 dic 2021

NOTA DE TAPA

Calles salvajes

Una recorrida sencilla por el Junín de los barrios periféricos demuestra la inequidad al momento de gestionar una ciudad. Petrecca no cumple siquiera con el ABL básico de alumbrar bien las arterias, ni pensar en el arreglo de los pozos o emparejar la tierra y con una suciedad y abandono que ningún residente se merece.


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Al intendente Pablo Petrecca no se le escapa ningún detalle de pulcritud (buen gusto es otra cosa) cuando se presenta en sus acarameladas visitas de campaña para luego desaparecer por dos años.

Pero esa prolijidad personal no la transmite en su gestión municipal sino todo lo contrario.

Una recorrida sencilla, sin adentrarse demasiado en los andurriales de la ciudad, permite ver de qué modo esta gestión de gobierno se mira el ombligo y deja en el olvido a millares de residentes de la ciudad.

Acusado por la oposición de ser un intendente “ABL” por dedicarse solamente al alumbrado, barrido y limpieza de la ciudad y no pensar en el desarrollo con nuevas obras, generación de empleo, mejorar las oportunidades para el comercio y la industria y decenas de otras acciones que debe llevar adelante un administrador, en la recorrida que realizó SEMANARIO ni siquiera le alcanza para lo que le critican.

Calles literalmente abandonadas de toda tarea, con pozones, llenas de piedras y mugre, que con el pasto ya crecido demuestran cuánto hace que no pasa una máquina para acomodar y emparejar la arteria por la que no se puede circular en auto, pero tampoco en bici y que caminando se corre el riesgo de un esguince.

¿Se podrá determinar alguna vez adónde va el dinero de las tasas municipales y los “impuestos extra” que se pagan en Junín y que por ejemplo hacen que tengamos el combustible (naftas y GNC) más caros del país?

Si bien es sabido que el dirigente fomentista Osvaldo Giapor ha sido de los primeros obsecuentes de la gestión, aplaudidor serial de Petrecca y silenciador de otros fomentistas, resulta preocupante que los mismos dirigentes barriales sean arriados a punto tal de no advertir la discriminación por la cual están pasando.

De modo tal, que mientras en los alrededores del centro (casi) todo parece estar en condiciones, a unas cuadras de la plaza principal se siente estar en alguno de esos sitios del conurbano que tanto critican los neoliberales de Juntos y que sin embargo, en Junín, hacen la “vista gorda”.

OTRO CUENTO DE HADAS

A poco de su llegada al gobierno, Petrecca terminó algunas cuadras de asfalto en el barrio San Cayetano y llevó todo el cotillón a la hora de inaugurarlo. Hasta un vecino le había preparado una picada para agradecerle, pero sólo se sacó las fotos y se llevó la picada. Prometió más y sólo quedó menos. Las salidas laterales hacia la ruta siguen en estado calamitoso y aquel “parche” no sirvió de mucho.

En plena campaña 2019 (cuando no) el intendente dijo que habían realizado 308 cuadras de asfalto en cuatro años, cuando la verdad se trataban de menos de 150 y desde esa fecha a la actualidad fueron menos de 20.

Se siguen abriendo calles de modo precario que rodearán a lotes también de suma precariedad.

Ni siquiera el cordón cuneta alienta a los vecinos, porque se ha transformado en un cheque si fecha de cobro que han recibido los frentistas y que en muchos barrios ya se empieza a ver deteriorado y sin mantenimiento.

Si cuatro años de Cambiemos no hicieron que Petrecca mejorara la perfomance en calles asfaltadas, le quedó servido que estos cuatro años (todavía tiene dos) pueda victimizarse respecto a la discriminación de la gobernación.

Lo que si resulta una discriminación es el trato que se le da a los vecinos de Junín que, cansados de todo y naturalizando situaciones, ya ni siquiera esperan el asfalto. Les alcanza con el regador y que a algún camionero generoso le sobre un poco de escombros para tapar el pozo de la esquina que se inunda en cada llovizna.

Hasta con el manejo de los carteles de la calle se demuestra la inequidad de la administración municipal y también “los cuentos” recurrentes del alcalde quien, allá por junio del 2018, prometía nuevos nomencladores. “Es un cartel mejor, con otro tipo de letra para una mejor visualización de todos y otro color. Será un proceso lento y le pedimos paciencia a los vecinos porque esto significa revisar los nombres y números. Vamos a llegar a todos los barrios y localidades del partido”.

¿Cuándo se agotó el presupuesto de la cartelería? Para el centro nunca. Por eso este miércoles inauguró los de tercera generación (en el Centro, claro está, y con errores, cuando no) cuando todavía no cambió los de primera. La mayoría de las arterias juninenses sigue con los carteles verdes, degastados, oxidados e inútiles por las letras delebles producto del mal trabajo que se llevó a cabo por parte de una empresa cuando Mario Meoni era jefe comunal.

¿Dónde se pueden ver los nuevos carteles? Exactamente, en derredor del municipio, las arterias comerciales principales y los barrios más “chetos”. No podía ser de otra forma ya que a poco de entronizarse en el cargo, Petrecca se mudó a uno de ellos.

Finalmente, pareciera que la basura que en forma diligente se junta en estos barrios privilegiados, se tira luego en los más humildes ya que las calles bullen de bolsas plásticas, papeles, cosas en desuso, ramas y mugre surtida.

Gran parte de los juninenses sigue remando en estas calles salvajes. Desprolijas, inundables, sucias, imposibles de transitar. ¿Hasta cuándo?

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