jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 7 dic 2021

MALTRATO INFANTIL

¿Quién cuida a los pibes?

Mientras buena parte de la sociedad sigue aprobando “el chancletazo” como forma de “educar en valores”, los menores son sometidos en algunos casos a una crueldad mayúscula tanto en lo físico como en lo psicológico. Una mirada preocupante a partir del asesinato de Lucio. En Argentina, un 70% de los chicos entre 2 y 4 años recibe castigo físico y Junín no escapa a los estándares violentos.


Lucio murió por los golpes propinados aparentemente por parte de su madre y la novia de ésta. El padre del niño, que había pedido la tenencia, no logró su cometido.

Lucio, de tan sólo cinco años, recibió una paliza que hasta llamó la atención del médico legista que le practicó la autopsia, quien reconoció que nunca había visto algo así.

Junín no está exenta de potenciales “Lucios”, chicos que en su familia son violentados y llegan muchas veces al hospital con lesiones que denotan maltrato.

En el HIGA Abraham Piñeyro cuando ingresa un paciente en estas condiciones, ya desde la guardia se pone en marcha un mecanismo en el que interviene la policía, el servicio local y las trabajadoras sociales de la institución y se lleva a cabo una evaluación pediátrica minuciosa. Por eso llamó la atención que en La Pampa de donde era oriundo Lucio, se habían registrado cinco ingresos por lesiones a centros asistenciales por parte del niño, sin disparar mayores alarmas.

Del mismo modo y a cargo de la fiscalía general del Departamento Judicial de Junín hay un equipo armado compuesto por distintos profesionales afines a la situación de presunto maltrato.

El Día Mundial de la lucha contra el Maltrato Infantil se conmemora el 25 de abril de cada año con el fin de concientizar e informar sobre la violencia a los niños y niñas, así como abogar para desnaturalizar el maltrato que es frecuente en muchas sociedades.

Niños y niñas están expuestos a diario a diversas formas de maltrato, como el daño físico y psicológico, el trabajo infantil y el abuso sexual. Las estadísticas en la Argentina son alarmantes y la situación empeoró desde que comenzó la pandemia.

De todos modos, son muchas veces los mismos familiares los que tratan de maquillar la situación y más todavía cuando se trata de un contexto vulnerado.

Las fuentes indican que en Junín hay casos frecuentes de abusos y de maltrato. “Muchos más de los que se conocen”, indicó un trabajador hospitalario que recepciona los casos de este tipo.

Desde la justicia local, consideran que no hay tantos hechos de maltrato, pero muchas veces las investigaciones no pueden llevarse a cabo por algún impedimento, por lo general de orden familiar, ya que se prefiere que “el problema” quede dentro de la casa.

Esta semana, el caso de Lucio Dupuy en La Pampa, produjo una conmoción en la sociedad debido a las características del hecho, ya que de acuerdo al forense, el niño falleció producto de una feroz golpiza.

Por el crimen están detenidas su madre Magdalena Espósito Valenti de 24 años y la pareja, Abigail Páez, de 27.

SITUACIÓN GRAVÍSIMA

En muchos casos, la violencia sigue prevaleciendo en el interior de las familias y la fortaleza del patriarcado sigue manejando los hilos invisibles en sectores que prefieren desentenderse de la cuestión original. De hecho, hay entidades que advierten que un cuarto de la población reconoce haber sufrido maltratos durante su niñez, algo prohibido en el nuevo Código Civil Argentino.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define "maltrato" como "cualquier acción u omisión de acción que viole los derechos de los niños y los adolescentes y afecte la posibilidad de que disfruten de un grado óptimo de salud, que afecte su supervivencia o su desarrollo".

De acuerdo con los datos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en 2020 y por efectos –probablemente- de la pandemia se registró un aumento del 20% de los llamados a la línea 137 (por violencias intrafamiliares y/o sexuales), respecto del 2019.

Según los números oficiales, la violencia familiar creció un 28% y los abusos sexuales, un 13%. El nuevo Código Civil de Argentina –vigente desde 2015– prohíbe expresamente no sólo el castigo corporal hacia los chicos sino también el psicológico.

En su artículo 647 lo expresa claramente: "Prohibición de malos tratos. Auxilio del Estado. Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes. Los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos del Estado".

Por su parte, desde UNICEF, señalaron que en Argentina, los métodos de disciplina violenta, que incluyen castigos físicos y maltrato psicológico, afectan a 7 de cada 10 chicos y chicas de entre 2 y 4 años, según el estudio global "Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes".

"La violencia hacia los chicos es una problemática global y es especialmente preocupante cuando ocurre al interior de los hogares e involucra a los adultos cuidadores, personas que en lugar de proteger y acompañar a los niños en su crecimiento, los lastiman física y emocionalmente", afirmó Roberto Benes, Representante de UNICEF Argentina. "La violencia durante la infancia y la adolescencia deja marcas imborrables en los chicos y tiene consecuencias en su desarrollo presente y futuro", agregó.

Para el segmento de niños de 2 a 4 años, Argentina se encuentra levemente por debajo del promedio global, con un 54,4% de castigo físico, un 62,5% de agresión verbal y un 72,9% de cualquier práctica de disciplina infantil violenta. En detalle, esto significa que el 54,4% de los chicos y chicas de entre 2 y 4 años recibe golpes, palmadas en el brazo o la pierna, zamarreos, sacudidas o chirlos de parte de los adultos que los cuidan, porcentaje que se reduce a un 44,1% entre los 5 y los 14 años.

En relación al uso de disciplina infantil violenta contra niños de 2 a 4 años, Argentina (72,9%) se encuentra dentro de la media cercana a países como Sierra Leona (73,6%) y México (69.9). En el 63% de los hogares se utiliza la agresión verbal, en el 40% el castigo físico y en un 10% castigos físicos severos. En muchos casos estas prácticas se suman: es frecuente que, en un mismo hogar, se utilicen castigos físicos, castigos físicos severos y agresiones verbales.

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