domingo 16 de junio de 2024

LOCALES | 10 dic 2021

EDITORIAL

En defensa de la Democracia

A 38 años del retorno de las elecciones libres, un día para pensar.


Este 10 de diciembre se cumplieron 38 años de la asunción de Raúl Alfonsín como Presidente de la Nación, producto de elecciones libres y dejando de lado un oscuro y largo período de la historia argentina en el que los grupos de poder económico junto a los líderes militares llevaron adelante crueles golpes de Estado y mandatos de facto.

Y aunque parezca un tiempo lejano, particularmente para las generaciones de aquellos que han vivido su vida en completa Democracia, es menester seguir construyendo fortalezas en su defensa incondicional a pesar de que continúan los permanentes embates de distintos sectores con el objetivo de seguir manteniendo sus privilegios.

No hace mucho tiempo, la Cepaz, una organización no gubernamental nacida en plena crisis en Venezuela con el objetivo de defender la democracia y los derechos humanos, resaltó de buen modo, la importancia que tiene el ciudadano en las acciones a favor de esa tarea y como tal no debiera dejar de asumirla.

A lo largo de la historia, la democracia ha sido definida de muy diversas formas de acuerdo a cada pensador o corriente política, lo cierto es que este concepto está estrechamente vinculado al de “ciudadanía” debido a que sin democracia no puede haber ciudadanía según el pensamiento político de nuestro tiempo.

“Una ciudadanía activa no solo espera que el Estado por fin respete e implemente los derechos universales de ciudadanía, sino que lucha por ellos, coopera con el Estado, se enfrenta políticamente con él, hace valer sus argumentos en el espacio público y busca construir alianzas con la sociedad política en la promoción de un proyecto democrático-participativo”.

Por ese mismo motivo, “la ciudadanía implica la conformación de espacios públicos para el debate, la reflexión y la propuesta, de instituciones que den respuesta a los requerimientos de los ciudadanos de hoy, activos, arquitectos de los nuevas democracias, a las que dan forma y vida, no solo como sujetos de derechos, sino que se apropian de esos derechos y los ejercen a la vez que asumen sus responsabilidades ante su comunidad”.

Sin la participación activa del individuo, el concepto de ciudadanía pierde su sentido original y permanece solo como identidad con el Estado, comunidad o territorio al que pertenece, de ahí la pertinencia de abordar la relación de la ciudadanía con la concepción, construcción y permanencia de la democracia y en la democracia.

Por otra parte, “los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas  y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales de la democracia y a su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos”.

Por eso que más allá del lógico compromiso de los actores políticos y funcionarios, existe una obligación moral de cada ciudadano de ser partícipe de esa defensa que lo hace tomar partido por su comunidad, dejando de lado el individualismo.

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