jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 5 feb 2022

TRÁNSITO SEGURO

Un pedido universal

En la Argentina uno de cada cuatro siniestros viales que terminan con uno o más muertos se produce porque el conductor que lo causó tenía alcohol en sangre. El proyecto de Alcohol cero fue presentado por el ex ministro Mario Meoni y podría tener tratamiento este año.


El Alcohol Cero al volante ya rige en nueve provincias, y existe un proyecto que podría ser tratado este año en el Congreso, para todo el territorio nacional. 

La iniciativa fue presentada en marzo de 2021. Surgió como iniciativa del exministro de Transporte Mario Meoni. Junto a Martínez Carignano, lo presentaron al presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, quien convocó al diputado Ramiro Gutiérrez y el exdiputado -entonces en funciones- Facundo Moyano (ambos del Frente Renovador) para su redacción. 

Hoy, en la mayoría del país, para vehículos particulares no es infracción conducir con hasta 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Para los motociclistas el tope es de 0,2. Estos límites surgen de la Ley Nacional de Tránsito, 24.449, aprobada en 1995. El nuevo proyecto prohíbe manejar con cualquier cantidad de alcohol en sangre. Su aprobación modificaría aquella ley, además de la 24.788, de Lucha contra el Alcoholismo, y el Código Penal.

Para algunos sectores es "absurdo", que el Alcohol Cero rija para los conductores profesionales (remiseros, taxistas, colectiveros, camioneros), desde 1995, y no para el resto. La iniciativa igualará a todos los actores del sistema.

El alcohol produce depresión del sistema nervioso central, pérdida de control de reflejos de rápida decisión, y por supuesto combinado con estupefacientes es un combo mucho peor. El proyecto incluye la prohibición de conducir habiendo consumido estupefacientes que disminuyan la "aptitud" para hacerlo.

En este sentido, no hay cambios en relación a la normativa vigente. Otro gran problema es la narcolepsia. "Se suma a la infraestructura. Tanto rutas como autopistas tienen un déficit de muchísimos años de falta de inversión. En Europa, como en Estados Unidos, hay zonas de descanso cada 20, 30 kilómetros para las personas que se están por dormir". 

Hasta este momento todos los proyectos para instalar el Alcohol Cero a nivel nacional han perdido estado parlamentario. 

En la región varios países tienen legislaciones de Alcohol Cero: Brasil, Uruguay y Paraguay.

En la Argentina se aplica en Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. También en algunas ciudades, como Mar del Plata, Rosario, Santa Fe, Pueblo Esther, Neuquén, Ushuaia, Río Grande, Posadas, El Bolsón, General Rodríguez, Rada Tilly, Moreno y Tigre. 

Las experiencias arrojan dos conclusiones muy positivas: un descenso en los siniestros viales causados por el alcohol. Un ejemplo contundente: en Uruguay bajaron 30 por ciento los siniestros viales causados por el consumo de alcohol desde la aplicación de esta ley.

EL PROYECTO DE LEY 

El proyecto, en el que también tuvieron participación el Ministerio de Salud, Sedronar y asociaciones de familiares de víctimas requiere de dictamen de mayoría de la Comisión de Transporte de la Cámara Baja para ser tratado en el recinto. "Primero estuvo en la Comisión (de Legislación) Penal. Nos decían que era preferible empezar por la educación. Organizamos jornadas con todos los diputados, hablamos desde diferentes ONGs, escuchamos a los técnicos. Pero no hicieron nada y pasó a Transporte. Nunca se trató. Lo único que se llegó a decir es que había ocho proyectos, que había que unificarlos, y ahí quedó todo", contó en el diario Página/12, Vivian Perrone, de Madres del Dolor.

La iniciativa cuenta con el respaldo del consejo directivo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, la Organización Panamericana de la Salud y el Foro de Entidades Científicas, compuesto por 50 instituciones. De acuerdo con una encuesta de la Universidad de San Andrés, ocho de cada 10 personas están a favor de que quien conduce no beba. 

"No es ley seca o proponer un país abstemio... Debe ser la iniciativa pública con más adhesión en un país tan fracturado. ¿Qué falta? Que los legisladores tomen la decisión de que esto se debata, que dejen de tenerles miedo a San Juan y Mendoza. Por supuesto que se tiene que proteger la industria del vino: jamás atentaríamos contra ella. Pero la hipótesis de que podría bajar el consumo es un verso”.

Las cámaras de la industria vitivinícola tuvieron una "reacción de alerta"; no obstante, no hubo legisladores que se hayan manifestado públicamente en contra. El año pasado estuvo atravesado por la Covid y discusiones de presupuesto. 

Esta semana habrá reuniones entre el ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Jorge D'Onofrio y el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis. "Algunos técnicos se oponen al 0, prefieren el 0,2, porque dicen que puede llegar a tener fallas el alcoholímetro y sería preferible eso para cubrirlas. También, que el cuerpo humano genera su propio alcohol”.

También algunos empresarios pidieron que "hay que salir a controlar" y que "no hace falta imponer el Alcohol Cero". 

MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO PENAL

El director de la Agencia Nacional resaltó que se trata de una norma de "fácil implementación" que simplemente establece que no se podrá conducir un vehículo de cualquier tipo habiendo tomado alcohol. "Es de implementación inmediata, no hace falta reglamentación. Haría que también se modifique el Código Penal: hoy en un homicidio culposo por siniestro vial el agravante de alcohol es a partir de 0,5 para profesionales y de 1 para particulares; de esta forma se produciría con la presencia de alcohol en quien causó la lesión o muerte", explica. Este cambio se aplicaría con el proyecto de modificación del Código Penal por Delitos Viales (número 144/20).

Un total de 3.861 personas fallecieron como consecuencia de siniestros viales durante 2021, cifra que representa una disminución del 21 por ciento con respecto a 2019, año comparable en términos de circulación pre - pandemia. Se trata de la cifra anual "más baja de víctimas desde la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en 2008", destacaron. 

Claro que abordar la siniestralidad en las rutas mirando solo al problema del alcohol es no atender a otras cuestiones importantes que contribuyen para ello. Hay otros varios problemas evidentes: las infraestructuras viales presentan demasiados problemas, no hay autopistas suficientes en el país, las rutas provinciales y las calles urbanas están en muchas ciudades y pueblos en condiciones lamentables; la señalización es calamitosa, faltan semáforos en cruces peligrosos y no hay mantenimiento mínimo de rutas, calles y avenidas. Además, y muy importante, la cultura de seguridad vial de la población es muy deficiente. El uso irresponsable de la moto, vehículo muy extendido en todas las ciudades del país, es una de las causales de mayores muertes. No se tiene que ser un experto para ver por las calles de cualquier localidad a familias con niños y hasta bebés circulando todos juntos en una sola moto (¡incluso en la ruta!) o detenerse en una esquina a contar el no uso del cinturón, la cantidad de autos, motos y micros que pasan con el semáforo en rojo, o doblan en contramano, o exceden ampliamente la velocidad permitida. 
A eso se le suman gestiones municipales realmente desastrosas, que no controlan o que lo hacen mal, y que tienen sus agentes de tránsito enfocados en la recaudación, y no en avanzar en la educación vial.  
El problema de las muertes viales no se resuelve (solamente) con la puesta en vigencia del alcohol cero (por caso, algunas provincias del norte cuentan con esta ley y tienen tasas de mortalidad mucho más altas que la CABA, en donde está permitido hasta el 0.5 en sangre), sino que hace falta fundamentalmente hacer al país más equitativo.

Construir autopistas en el norte y en el sur del país, ampliar las campañas de educación y seguridad vial desde la escuela hasta la vida cotidiana, reformular el paradigma de muchas dependencias de tránsito municipales, reforzar controles (a automovilistas y a los mismos agentes) e invertir en mejoras en la infraestructura vial, especialmente en aquellas provincias más castigadas.

Pretender que solo la ley de alcohol cero será la solución sería abordar apenas una (importante sí) parte del problema, pero hay un sinfín de conductas que también merecen su atención. 

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