

Por: Redacción Semanario de Junín
Bueno, a lo de siempre. Al verso y la grandilocuencia a los que tiene acostumbrado a su gente. Los de las afueras ya saben que un pozo es un pozo aunque Alexia hay dicho que “es una inversión nunca vista antes en el reino”. Pero así es el fulano, según su visión del mundo, un candil es la transformación del reino y un par de caños enterrados, la esperanza de una vida mejor.
Es que desde que Alexia llegó, no ahorró las promesas ni los discursos aunque quedó visto escasean las obras relevantes, las que le cambian la vida a los de las afueras. Tal vez por eso mismo, -astuto Alexia-, decidió aprender a jugar a la mancha con las liebres. Y probó y comprobó que pese a que la mentira tiene patas cortas, le dio y le sigue dando resultado. Y así avanzó, en medio del barrial usufructuando obras ajenas, golpeándose el pecho como propias iniciativas de otros lares y de reyes superiores.
Le tiraron las orejas un par de veces, pero no le importó ni lo hizo cambiar de opinión. Ni siquiera cuando el mismo Sir Kichi en persona lo enfrentó cuando osó hacerse el gallito con las vacunas en tiempos duros del virus de la corona.
Claro, visto que las obras no están, lo que abundan son los dichos. Y aunque del dicho al hecho exista un largo trecho, lo que cuenta es que suene efectivo, creíble, importante, lo que sea que se diga. Incluso hasta un pozo para enterrar basura. No importa. Lo que cuenta es mostrarse activo, criticar a los demás, ponerse el disfraz de laburante, convencer y hacer creer que todos los males son ajenos y los logros son los propios.
La fórmula de Alexia es simple, la repite desde hace tiempo y entre su arrogancia y los que no salen a marcarle los límites, el fulano hace y deshace a gusto y piacere. Ya quedó claro que lo suyo no es mejorarle la vida a los demás sino la propia. Y mal no le ha ido. Pensar que llegó de a pie y haciendo promesas en un biciclo, y ahora disfruta los placeres y comodidades en bruto palacio propio.
Quién te ha visto y quién te ve, Alexia. Al llegar prometía grandes obras, tantas que ilusionó al reino. Ahora, es una pesadilla que no acaba.
PetrEgo
PetrEgo inauguró un pozo. Bueno, le llamó celda. Como sea, cortó las cintas en el nuevo depósito de residuos en el relleno sanitario. En la presentación, entusiasmado y en modo campaña, manifestó que “la transformación permanente no para y tiene que ver con un plan de trabajo que comenzamos hace un tiempo atrás, que diseñamos y soñamos antes del 2015 y que después comenzamos a ejecutar”.
Lo que PetrEgo inauguró es, básicamente un pozo. Es cierto, nobleza obliga, no es cualquier pozo, sino uno acondicionado especialmente, destinado a enterrar más residuos, cuyo costo ascendió a unos 40 millones de pesos. Eso sí, lo que omitió explicar, lo dijo claramente la Subsecretaria de Medio Ambiente del Municipio: “De los 168 mil metros cúbicos de capacidad que tenía este lugar en su momento, ya nos gastamos 156 mil, por lo tanto, era fundamental que se avance con esta obra de ampliación”. Listo, no más preguntas señor juez.
PetrEgo no perdió ocasión de remarcar, fiel a su estilo de frases efectistas que “esta celda es la obra más importante del año 2022 en Junín y es fruto de un plan integral”.Un pozo, un gran pozo. La obra más importante del 2022. Listo, cerrame la ocho.
Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana
*) Inaugurar otros pozos. Los más chiquitos, los de las calles.
*) Sacarnos más fotos con los caños del gas y aprovechar para decir que es gracias a nosotros.
*) Prenderles velas a los discriminadores para que no nos corten la que mandan.
*) Era joda eso que el pozo del relleno fue la obra ‘más importante’ dé la gestión. Bueno, no. Es que no hay más.
*) Seguir pintando sendas peatonales ¿Cómo la van llevando con las fotomultas? Jijiji.
*) Construir cordones cuneta, terminar las 25 viviendas, colocar los carteles de las calles que prometimos, bueno, en fin. Veremos, tal vez cuando se acerquen las elecciones.