sábado 04 de mayo de 2024

NACIONALES | 7 mar 2023

KIRCHNERISMO Y MACRISMO

La “grieta” y una mirada desde de la psicología social

El Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) llevó a cabo una encuesta desde 2020 al 2022 y determinó que hay una consecuencia de polarización afectiva establecida entre “kirchnerismo y macrismo”. Advierten que un conflicto político intenso “podría amenazar la unidad nacional y las oportunidades constructivas de compromiso”.


Por: Redacción Semanario

Una investigación realizada en la Facultad de Psicología de la UBA por parte del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA), dirigida por el Dr. Gustavo E. González determinó algunas de las características de la “grieta” que existe en el país y por cierto en las comunidades como la de Junín.

En su introducción el estudio plantea que “Desde la llamada ‘guerra gaucha’ del 2008, el conflicto entre los productores y comercializadores de productos agrícolas, (agrupados bajo la denominación genérica “el campo”) y el primer gobierno de Cristina Kirchner, la sociedad argentina comenzó un proceso de escisión cultural, de valores, creencias y sentimientos”.

Esa escisión fue sostenida, ahondada y consolidada, a lo largo de los siguientes 14 años, motivo por el cual se formaron dos grandes segmentos poblacionales, que sienten, piensan y perciben de manera casi antagónica la mayoría de las problemáticas que tiene nuestro país. Se consolidó la famosa “Grieta Argentina”. Y el eje estructurante de esa escisión fue el posicionamiento político “kirchnerismo- antikirchnerismo”, que a partir del 2015 mutó a “kirchnerismo-macrismo”.

A lo largo de numerosos estudios realizados por OPSA desde el 2019 hasta la fecha, se ha ido observando la cristalización de la grieta, entendida como dos cosmovisiones cognitivas, afectivas y valorativas muy diferentes.

Con el objetivo de mostrar su impacto en los sistemas de creencias y valores, en este estudio analizaron de manera conjunta los resultados recogidos en varias investigaciones sobre problemáticas socio- políticas.

El informe, al que accedió SEMANARIO, fue presentando en diciembre del año pasado y se elaboró sobre la base de diferentes resultados recogidos en estudios realizados por OPSA desde el año 2020 hasta 2022. Se seleccionaron especialmente cuatro ejes conceptuales:

-Percepción acerca de los principales problemas del país;

-Atribución de causas de la inseguridad;

-Pensamientos y sentimientos en relación a la “grieta”;

-Sentimientos respecto a Cristina Kirchner y Mauricio Macri.

CONSECUENCIAS DE LA POLARIZACIÓN AFECTIVA

Desde hace algunos años en Psicología Política y en Ciencias Políticas se viene estudiando lo que se ha denominado como “Polarización Política” y el observatorio cuenta con literatura científica abundante sobre este constructo teórico y con innumerables estudios publicados en diferentes partes del mundo.

En informes anteriores del Observatorio, consideraban que en Argentina la polarización era primariamente emocional y no sólo circunscripta a las élites políticas, intelectuales y mediáticas, sino que generaba un marcado sesgo en la construcción de los sistemas de creencias y valores de la ciudadanía.

Señala el observatorio en su informe que “hipotetizábamos que la polarización emocional, caracterizada por una fuerte animadversión hacia quienes no son parte de su colectivo, generaba ‘islas ideológicas’ contrarias entre sí en sus sistemas de creencias e impenetrables por la ‘isla ideológica’ antagónica”.

Los resultados de este estudio mostraron “con meridiana claridad que la grieta argentina fuertemente emocional que comenzó a gestarse a partir del 2008 con la instalación de la ‘guerra con el campo’ que lideró Cristina Kirchner y que se profundizó a partir del 2015 con la presidencia de Mauricio Macri, ha tenido repercusiones también a nivel de creencias, valores y apoyo o rechazo a diferentes temáticas sensibles para nuestra vida en sociedad.

Corrupción, delincuencia-robo- inseguridad, inflación, endeudamiento, pobreza, desempleo, educación, constituyen tan solo algunos tópicos en los que la grieta ideológica, de creencias y valores, se pone de manifiesto en la sociedad argentina.

Destaca el estudio además que “desde una perspectiva psicológica, podemos argumentar que como ciudadanos tenemos responsabilidad y somos en alguna medida protagonistas y sostenedores de la grieta a partir de un triple mecanismo justificativo: Uno de ellos es la justificación centrada en el propio individuo ya que para mantener un buen concepto de sí mismas, de manera más o menos consciente, las personas buscan reducir las inconsistencias, buscando que sus propios valores y creencias coincidan con los promovidos por el partido o figura política que los representa. Para ello, en ocasiones, se incurre en ciertos sesgos o errores cognitivos:

• Sesgo de confirmación, en el que las personas buscan y prestan atención selectivamente a la información que es coherente con sus creencias previas o con una conclusión deseada.

• Asimilación sesgada, en la que las personas evalúan la calidad de la nueva información en función de si contradice o respalda una creencia previa o conclusión deseada

• Sesgo de refutación, en el que las personas ponen mayor escrutinio o generan activamente contraargumentos en contra de la información que socava una creencia previa o una conclusión deseada.

En el otro punto se advierte una “justificación centrada en el grupo”, con procesos ampliamente estudiados como el favoritismo por el grupo de pertenencia y el rechazo del grupo externo pueden también contribuir a la polarización política al alentar a los partidarios a participar en diversas acciones en nombre de su partido político o grupo ideológico.

Por otra parte, la “justificación del sistema vigente”, representa la tendencia de ciertos individuos a proteger el sistema político de preferencia para defender, reforzar y legitimar aspectos del statu-quo social.

CONCLUSIONES

A modo de conclusión, si bien los investigadores coinciden en que es de esperar, e incluso deseable, cierto grado de debate ideológico y separación partidista para asegurar que las voces de los ciudadanos estén bien representadas por las élites políticas, un conflicto político intenso y aparentemente intratable a lo largo de múltiples líneas de divergencia “podría amenazar la unidad nacional y las oportunidades constructivas de compromiso”.

Una consecuencia claramente perjudicial de la polarización política es que los asuntos urgentes que no necesitan politizarse -como abordar la crisis de salud pública instigada por el COVID-19 y las decisiones individuales sobre el uso de mascarillas y la vacunación- se vuelven extremadamente polémicos, lo que lleva a graves fallas en la cooperación social.

Además, pueden llevar a los ciudadanos a entender la política y la sociedad en términos de “nosotros contra ellos”, con consecuencias potencialmente perjudiciales para las relaciones intergrupales al interior de un país y un consecuente debilitamiento del sistema democrático en múltiples dominios: Asimismo, destacan que esta “grieta” deteriora la cooperación entre ciudadanos, afecta a la confianza en las instituciones, reduce la legitimidad de los gobiernos y contribuye a parálisis o bloqueos de las instituciones de gobierno.

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