Por: Redacción Semanario de Junín

Pese a la euforia de los funcionarios municipales que contaron que la ciudad ‘registró una de las ocupaciones más altas de toda la provincia’, y que la prensa amiga se encargó de repetir, el informe publicado por CAME (Cámara de la Mediana Empresa), mostró que el feriado de carnaval 2023 movilizó a casi tres millones de turistas y colocó a Junín en el octavo lugar, en cuanto a ocupación hotelera en la provincia de Buenos Aires.

Sin poner en duda los números y las alegrías, y obviando que el visitante haya pasado de largo por la terminal (y que haya decidido no ingresar a los baños del lugar) las propuestas turísticas para tentar al visitante en este nuevo feriado en la ciudad, pasaron por el Parque Natural Laguna de Gómez, un imán por excelencia.

Partiendo de la base que quien llegó tenía en qué acercarse a la laguna (en la estación de trenes varios adolescentes buscaban información de cómo hacerlo y no encontraban la manera) el área natural de 200 hectáreas con su zona arbolada recreativa con servicios en los que se pueden practicar actividades náuticas fue, otra vez y pese a la sequía y las cianobacterias, la Cenicienta de estos lares.

Como pasó con la plaza céntrica en el aniversario del Libertador San Martín, a la temporada en la laguna le hicieron arreglos de apuro y lo de cada año: cortaron el pasto, agregaron algunas luces, y repararon los baños luego de quejas, reclamos y clausuras. Mientras avanza la reconstrucción del espigón con fondos del Estado Nacional, el Gobierno de Petrecca llegó al inicio de temporada emparchando soluciones. Prometió renovar el acceso, y se sacó las fotos de rigor fiel a su estilo y manual PRO.

Llama la atención que no se visibilicen otras alternativas que permitan atraer un mayor flujo turístico y que todo se reduzca a lo mismo de siempre.

TODO AL CAJÓN

En el último tiempo, Petrecca sacudió la modorra, pero fue otra de sus falsas alarmas. El llamado a concurso para renovar el acceso a la laguna ilusionó a los que imaginaron se venía algo grande. Pero parece que todo fue, como otras veces, una puesta en escena propia de tiempos preelectorales, porque esa idea, parece quedó en el olvido. Bajó la espuma y desapareció. Como la carroza de Cenicienta, se esfumó sin siquiera debatirse acerca de qué alternativas debería tener Junín que le permita atraer más gente que la que ya viene. Peor aún, ni siquiera a las críticas, les aparecieron las propuestas.

Ya todo terminó. Con marzo comiendo el almanaque, el guardapolvo puesto y el verano atrás, esa discusión deberá esperar, porque lo que viene ‘es el 2023’. Año de elecciones, de ideas a futuro, de promesas y no de volver atrás. Quedará para otro tiempo la posibilidad de discutir qué hacer, qué mejorar y cómo hacer que la ciudad sea de verdad, la atracción de la región.

Mientras acá se golpean las manos por la cantidad de visitantes, otros municipios apuestan a nuevas inversiones para atraer visitantes

OTRA CIUDAD, OTRA IDEA

Apostando al turismo y a la necesidad de contar con algo diferente, un municipio de la zona, dio la nota con una idea novedosa, al menos para el interior bonaerense. Felipe López, subsecretario de Turismo de la Municipalidad de Ramallo, comentó que van a construir un parque acuático. “Ramallo va a seguir creciendo de la mano del turismo. Nosotros apostamos por sumar inversiones desde el ámbito local pero también recibimos a aquellos inversores que quieran sumarse al proyecto turístico. Esto nos va a permitir seguir avanzando por el camino que nos hemos trazado”, agregó.

El futuro parque será emplazado en la zona del arroyo Las Hermanas. Una buena idea que seguramente captará la atención de toda la región. Se desconocen los detalles y el monto de la inversión, pero de solo imaginar una atracción semejante, contagia y entusiasma.

Y apena por la nuestra. Porque por acá, pareciera que en vez de sumar atracciones, se pierden. Y las que aparecen, son paridas luego de años de espera y dilaciones. Los videojuegos son un ejemplo de ello, en épocas del gobierno de Abel Miguel. En un par de oportunidades, la ciudad pudo haber tenido un bingo, pero la negativa primero de Abel Miguel y la negociación que no pudo concretar Mario Meoni años después, dejaron carente a la ciudad de lo que muchos consideran un perjuicio y otros, un entretenimiento.

Si de pérdidas se trata, Junín se quedó sin el tobogán y la pileta en la laguna y más tarde sin el ferry. También perdió su autódromo y los grandes espectáculos gratuitos. Pero lo que es peor, es que mientras en la región suman, acá aplauden conformismo.

Si de ser optimistas se trata, no hay mucha esperanza. No es de esperar que algo cambie. Si en temas más graves, la gestión ‘no da bola’, los barrios siguen sin luz, ni carteles en sus calles, y cualquier tema espinoso a los que el Ejecutivo no puede darle respuesta “lo pone en el congelador”, y lo blindan además con los medios de comunicación amigos, menos se preocuparían por una temporada que se fue.

Podrían al menos cambiar el latiguillo. Dejar de repetir que ‘Junín es una ciudad de Turismo’ y trabajar en la generación de variantes, para después sí, mostrar que hay opciones para todos los gustos y que valen la pena disfrutar y conocer.