viernes 31 de marzo de 2023

CULTURA | 13 mar 2023

URUGUAYO ILUSTRE

Julio Cobelli, maestro de la guitarra

Creció escuchando a su padre tocar la guitarra. Él creía que no le interesaba, pero bastó con aprender tres tonos para no parar nunca más. A los 16 años acompañaba a figuras del tango nacional y argentino, a los 18 era guitarrista de Zitarrosa, tocó con Roberto Grela, considerado el mejor guitarrista de tango, recorrió el mundo, y ahora, cincuenta años después de aquella primera vez, es referente para los músicos más jóvenes.


Por: Ismael A. Canaparo

Julio Cobelli nació el 22 de abril de 1952 en Durazno, aunque vivió gran parte de su vida en la Curva de Maroñas, en cercanías de Montevideo. Inició sus estudios de guitarra con su padre Floro Cobelli, que continuó junto al payador Walter Apesetche. Integró el cuarteto de guitarras de Hilario Pérez, donde comenzó su vínculo con Alfredo Zitarrosa, con quien grabó varios discos y acompañó en sus giras sudamericanas. Es reconocido además por su labor docente, como maestro de varias generaciones de guitarristas en el tango y el folclore. Hoy en día es reconocido por ser uno de los referentes del tango y de la música popular uruguaya.

Es un artista y guitarrista de referencia en Uruguay, formador de varias generaciones de grandes músicos. Se desempeñó como director de guitarras del legendario Alfredo Zitarrosa y ha acompañado a los más importantes cantantes de tango de Uruguay y Argentina, como Roberto Goyeneche, Alberto Marino, Eduardo Adrián, Raúl Lavié, Rubén Juárez, María Graña, Guillermo Fernández, Olga Delgrossi, Daniel Cortés, Ledo Urrutia y Elsa Morán, entre otros.

Sus composiciones transitan por el tango, el folclore y el canto popular, pero también por el candombe. Siendo muy joven, en 1970, integra el cuarteto de guitarras de Hilario Pérez. Con esa formación, comienza su vinculación profesional con Alfredo Zitarrosa, con quien grabó numerosos discos y actuó en diversas giras por Uruguay, Chile, Brasil, Perú (1970-1972). Con el retorno al Uruguay de Zitarrosa, retoma su actividad junto al músico como director del Cuarteto de Guitarras y realiza diferentes grabaciones: “De Regreso” (1984); “Guitarra Blanca” (1986) y “Melodía Larga II” (1986) entre otras. Realiza giras por: Estados Unidos, México, Chile, Brasil y Uruguay.

A partir de 1988, comienza a grabar y a actuar junto al destacado guitarrista uruguayo: Mario Núñez y con su propio Cuarteto de Guitarras, graba su primera selección de candombes “Al estilo Julio Cobelli” (1992) con las guitarras de Ledo Urrutia, Omar Cáceres y en el guitarrón Henry Hernández. Pocos años más tarde graba acompañando a José Carvajal “El Sabalero”.

Junto al bandoneonista Hugo Diaz y al contrabajista Vinicio Ascone, actúa en diversos lugares de Alemania y Suiza. Graba varios trabajos como solista y a partir 1999 realiza extensas giras por Europa y América.

Tiene en la actualidad más de 150 discos grabados, ya sea como acompañante o solista.  

GUITARREROS

Tras varios años de desarrollo, el proyecto Guitarreros logró concretar su disco debut. De todas formas, es curioso el uso de este vocablo para referir al trabajo de músicos con más de treinta años de carrera en su mayoría y más de medio siglo en el caso del maestro Julio Cobelli, pero así fue. Grabaron en 2018 y tres años más tarde, en medio de la pandemia y luego de superar algunas dolencias, editaron lo que sin dudas será el primero de varios trabajos en conjunto.

En doce canciones, este cuarteto que conduce Cobelli, pero que reúne a Nicolás Ibarburu, Guzmán Mendaro y Poly Rodríguez, no solo exhibe un enorme talento, sino que da cuenta de la rica tradición guitarrística de esta parte del mundo, desplegada en distintos momentos históricos por quienes acompañaron a Carlos Gardel, Alfredo Zitarrosa o Amalia de la Vega. Aquí no solo conviven distintas generaciones, sino instrumentistas y compositores de diferentes géneros y estilos musicales: rock, pop, canción urbana, jazz, tango, candombe, milonga. El repertorio recorre mayormente piezas de don Alfredo Zitarrosa (‘No se puede’, ‘Pa’l que se va’, ‘El violín de Becho’, ‘Qué pena’ y ‘Stefanie) –por la admiración del grupo y por contar con el maestro, una de las más célebres guitarras del hombre de traje oscuro y voz profunda–, pero incluye además obras de Alberto Mastra y Félix Lipesker (‘Miriñaque’ y ‘El viaje del Negro’), José Pierri Sapere (‘Milonga para guitarra’), Edgardo Donato y Carlos Warren (en la exquisita versión de ‘Siga el baile’), y cierra con la ineludible ‘Cumparsita’, de Gerardo Matos Rodríguez, vestida de nuevos arreglos de cuerda. Este trabajo incluye también una pieza de estreno fonográfico que firman los cuatro miembros del proyecto: ‘Milonga de las Américas’, que convive cómodamente con el repertorio.

Si bien es un disco instrumental, tejido mayormente entre guitarras criollas, se integran también guitarras de doce cuerdas, guitarrón y guitarra eléctrica para sumar tímbricas distintas y evocar planos de otras esferas musicales. Bajo el mismo concepto aparecen dos célebres convidados instrumentales: Edú Pitufo Lombardo en percusión y Gustavo Montemurro en acordeón.

Guitarreros es una edición independiente de Dúo/Ideas culturales que integran el periodista Diego Barnabé y la gestora Moriana Peyrou, (coordinadora del Instituto Nacional de Música), responsables también del Festival Música de la Tierra, para cuya edición 2015 este cuarteto de guitarras se reunió por primera vez.


“LA PRIMERA VEZ QUE VI A ZITARROSA”


“Fue una responsabilidad muy grande. El primer ensayo era conocerlo personalmente y era todo un acontecimiento. Además, al empezar a tocar con él, se te abría otro campo de promoción. Hasta hoy yo voy a tocar a muchos lugares y me dicen "el guitarrista de Zitarrosa". Pero también he tocado con Roberto Grela, el guitarrista más grande de tango de toda la historia, toqué y grabé con él, con Mario Núñez, el referente más importante de la guitarra de este país, pero bueno, acompañar en ese momento a Zitarrosa que estaba en pleno auge, en plena fama, era una responsabilidad, pero tuve la suerte que lo pude hacer bien. Creo que una de las cosas que me puede haber ayudado era que con 18 años hay cosas que no le tenés miedo. La inconsciencia de la adolescencia...

Yo decía que tocaba con Zitarrosa y la gente no lo podía creer y para mí era lo más común. Ensayábamos todos los días, hacíamos carnaval. En esa época entre grupo y grupo ponían algún cantante para la espera del artista que venía. No era el caso de Zitarrosa. Zitarrosa iba como cierre de la noche. Después cuando él volvió ya en el 84, que me volvió a convocar para tocar como primera guitarra, como arreglador del conjunto, ahí sentía mucha más la responsabilidad de hacer arreglos.

El regreso fue importantísimo, tocar en el estadio Centenario, una emoción tremenda. Un Zitarrosa que tenía algunos años más, como decía él "algunos cigarros más, algún whisky más”, y todo ese tiempo fuera del país. Contaba que en el exilio escribió muy pocas canciones. “Stefanie” y “Guitarra Negra”, después prácticamente ninguna. “Stefani” fue un éxito, sigue siendo un éxito”.

 

 

 

 

 

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