

Desde Equilibra, consultora económica, estiman que el sector agropecuario caería 17% en 2023, lo que implica una caída directa del PBI de poco más de 2% incluyendo actividades conexas. Sin embargo, el mayor golpe provendrá de la liquidación de agro-divisas: el año pasado, este sector aportó más de la mitad del ingreso de dólares.
“El shock climático golpeará la actividad por: 1) la caída en la producción agropecuaria; 2) el desplome de la liquidación que afectará la provisión de insumos y bienes importados; 3) la aceleración de la inflación que licuará ingresos; y 4) la disminución del gasto público por la caída de ingresos fiscales (principalmente retenciones)”, expresaron.
En este sentido, consideraron que “las metas establecidas por el FMI, post-sequía, no lucen alcanzables. El Fondo adelantó que Argentina aprobó la revisión de diciembre. También criticó los ‘reveses de políticas’ y postuló que flexibilizará la meta de RIN en US$ 2.000 millones pero no el objetivo fiscal anual, forzando un ajuste del gasto para compensar menores ingresos”.
“La sequía disminuyó los puntos de contacto entre las necesidades políticas-económicas y las exigencias del Fondo. Esperamos que las metas se renegocien cada trimestre, con ambas partes intentando inclinar la balanza hacia su lado, pero evitando una ruptura”, cerraron.