sábado 27 de julio de 2024

LOCALES | 6 ago 2023

BRECHA DIGITAL

Adultos y nuevas tecnologías, otra inclusión urgente

En el distrito de Colón, a poco más de 100 kms de Junín, una docente y dos abogadas coordinan un proyecto y dentro del mismo, trabajan la disminución de la brecha digital de género.


Por: Redacción Semanario de Junín

La brecha digital entre las personas mayores y las nuevas generaciones está relacionada, en gran medida, con el uso de electrodomésticos, tecnologías de la información y la comunicación (TICs), dispositivos médicos, pago con sistema posnet, carga virtual de tarjeta SUBE y dispositivos bancarios como el homebanking, el cajero automático y las tarjetas de débito y/o crédito.

La última Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores (ENCaViAM) data de 2012 y seguramente ha logrado algunos avances, pero en ese entonces indicaba que de las personas mayores de entre 60 y 75 años solo un 43% utilizaba el cajero automático de manera independiente. Este número se reducía al 18% en las de 75 años y más.

La tarea está a cargo de Marcela Echarri, Victoria Bonabello y Rosana Albisini, quienes cuentan con el aporte de “Infoworkers”

La situación de todas maneras es palpable y resulta urgente avanzar con políticas que alienten el tipo de prácticas relacionadas con la capacitación de los adultos mayores en el uso de las nuevas tecnologías a riesgo de no perder el tren y quedar aislados, tal como acontece en algunos sectores poblacionales.

Justamente en el distrito de Colón, a poco más de 100 kms. de Junín, una docente y dos abogadas coordinan un proyecto de inclusión tecnológica para personas adultas mayores, y dentro del mismo, trabajan la disminución de la brecha digital de género.

La tarea está a cargo de Marcela Echarri, Victoria Bonabello y Rosana Albisini, quienes cuentan con el aporte de “Infoworkers” y su objetivo pretende además que sea replicado en otros distritos y provincias.

Las coordinadoras forman parte del NAM Colón -BA-, que es un “Nodo de Acceso Múltiple” sobre el cual destacan “imprimimos las propias necesidades locales, para que co-construyamos el mismo, con el marco de la experiencia y conocimientos que desde Infoworkers generosamente han aceptado integrar y que desde nuestro propio activismo incorporamos la mirada de género y a su vez desde las políticas interseccionales para erradicar las múltiples discriminaciones”.

Los Nodos de Actividades Múltiples como el existente en Colón, localidad de unos 25.000 habitantes, son grupos comunitarios territoriales y/o virtuales que adquieren la capacidad de recuperar -a través de la inclusión tecnológica- las experiencias enriquecedoras de nuestra identidad acumuladas en la memoria de sus integrantes.

Estos NAM estimulan la multiplicación de procesos de aprendizaje y aplicación y posibilitan incrementar el número de personas que han adquirido la capacidad de utilizar las tecnologías de información como herramientas para su recalificación social y el mejoramiento de su calidad de vida.

Inforworkers, por su parte, es una asociación civil sin fines de lucro, creada en la Argentina hace un cuarto de siglo e institucionalizada hace más de 20 años con el objeto de vincular entre sí a todas las personas que utilizan significativamente las TIC (Tecnologías Informáticas y de Comunicaciones) para la producción de bienes y/o servicios e incorporar a la Sociedad del Conocimiento a todos los que han quedado excluidos de la misma o corren riesgo de estarlo.

Inforworkers es una asociación civil sin fines de lucro, creada en la Argentina hace un cuarto de siglo e institucionalizada hace más de 20 años

LOS OBSTÁCULOS A DEMOLER

La organización cuenta con detallados informes sobre la temática a los cuales se puede acceder a través de http://www.inforworkers.org.ar

En esos informes destacan que “es tarea de las políticas públicas garantizar la inclusión social también de los adultos mayores y proteger su calidad de vida y sus derechos. Entre ellos, la inclusión tecnológica es hoy imprescindible y urgente en todos los eslabones de la cadena de una apropiación provechosa: acceso para usar– capacitación para adquirir destrezas en el uso – alfabetización para abordar usos creativos”.

Información y comunicación son bienes inmateriales, pero también son bienes de primera necesidad. Los adultos mayores tienen derecho a disfrutar y beneficiarse de una comunicación social ampliada y a producir, compartir, utilizar y consultar información.

El primer obstáculo para el goce de estos derechos lo constituye la imposibilidad material de acceder a dispositivos y conexión de calidad. Los sectores más pobres no pueden costear a veces ni siquiera su adquisición, o bien su sostenimiento en el tiempo.

El segundo obstáculo son las limitaciones en el uso: muchos se sienten inhibidos en su aprendizaje, ya porque consideran que no es posible aprender pasada cierta edad, ya porque temen causar un desperfecto en el funcionamiento por manipulación incorrecta (como sucedía con dispositivos analógicos), ya porque las aplicaciones que más útiles resultarían son las menos amigables o intuitivas, como algunos softwares que emplean los bancos.

En este sector de población existen también individuos que manifiestan una suerte de fobia o rechazo a las tecnologías, vinculado a veces a una posición ideológica o al temor de ser víctima de engaños o fraudes.

Un factor importante en el aprendizaje es quién enseña al adulto mayor los usos de las tecnologías. Quienes tienen hijos y nietos como guías sienten seguramente más motivación para aprender y así compartir con ellos información, comunicación o entretenimiento, y -al estar mediados por el afecto de un ser querido- harán tal vez aprendizajes más veloces y variados. Tener un hijo lejos es quizá el motor de motivación más frecuente.

Un tercer obstáculo lo constituyen los propios diseños de los dispositivos que no toman en cuenta limitaciones propias del paso de los años: dificultades en la visión y lectura por los tamaños excesivamente pequeños de íconos y fuentes, problemas con el uso de terminología informática o con la memorización de los pasos para automatizar una tarea, excesiva sensibilidad de los displays cuando el pulso ya no es tan firme.

Si bien los diseñadores se ocupan de crear interfases que solucionen dificultades de los usuarios y les brinden más sencilla accesibilidad, muchos desconocen esos mecanismos. Es aquí donde se hace evidente la necesidad de tecnologías convenientes y de la alfabetización en ellas: todas las aplicaciones debieran permitir ser operadas con las posibilidades de cada usuario, y fácilmente integradas entre sí.

Son muchos y muy importantes los beneficios que una inclusión informática plena aporta a los adultos mayores, pero ellos no lo lograrán sin entrenamiento y apoyo. No sólo las actividades de comunicación y entretenimiento se verían fortalecidas por una inclusión plena. También aportaría a múltiples tareas que harían más fácil su vida cotidiana: hacer la compra semanal, pagar servicios, hacer ejercicio en casa, pedir comida a domicilio, aprender a través de tutoriales e incluso enseñar ellos mismos con esa herramienta y, si no es posible salir de casa, festejar cumpleaños vía Zoom. La oportunidad de manejarse con fluidez en el mundo digital ayuda a la lentificación de los procesos de envejecimiento, sobre todo porque apuesta a la integración en contra de la soledad y el aislamiento.

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