martes 22 de octubre de 2024

OPINIÓN | 12 nov 2023

NOTA DE OPINIÓN

Experiencia PYME

Milei no es una incógnita, ni una promesa inédita. Aunque Milei no haya gobernado nunca ni una intendencia, las medidas que se propone implementar ya fueron probadas no hace mucho en Argentina. No es probar con algo nuevo. Es similar a lo que intentó Macri, pero ahora con un punto de partida peor. Un empresario no puede ignorarlo. Y la representación gremial empresaria, menos aún.


Por: Escribe José Luis Bruzzone

Si usted es un empresario pyme, sabrá que la quita de subsidios a los servicios públicos no solo encarece sus costos y lo vuelve menos competitivo. También achica su mercado, puesto que los consumidores tendrán menos dinero disponible luego de pagar tarifas.

Tal vez usted vea que el subsidio es hoy de un 50% y calcule que está en condiciones de pagar el doble si es para ordenar la economía. Pero tenga en cuenta que se está proponiendo también desregular ese mercado y que las empresas fijen sus precios sin control del estado.

La última vez que eso pasó, se multiplicaron por cinco y hasta por treinta veces en algunos lugares. Y son monopolios, nadie podrá cambiar de empresa porque le parezca caro.

También propone terminar abruptamente con las retenciones a la exportación de productos agrícolas, esos que componen la canasta alimentaria. Esa medida aumenta el precio de la comida y, lógicamente, presiona hacia arriba el valor del salario.

Un sindicato que ve cómo sus representados pierden poder adquisitivo por tarifas y por comida, no tiene otra que entrar en conflicto hasta obtener los aumentos que lo compensen. O sea, que buena parte de la ganancia de todas las empresas será transferida a la de las energéticas y las agro exportadoras mediante aumento de salarios.

No se sabe bien qué quiere hacer con el dólar. Por un lado admite que no se puede dolarizar sin dólares, así que es probable que se proponga "sincerar" el precio. Hace dos semanas la referencia era $1.100, hace dos días era $900, hoy es $950 ¿Cuál es la verdad de ese precio? ¿La de los especuladores? ¿O la que fija la productividad de nuestra economía en comparación con el resto del mundo?

Sincerar, para Milei, es devaluar todo lo que se pueda para transferir riqueza hacia un grupito muy selecto. En 2016 llevaron el dólar oficial de nueve a quince pesos porque, en palabras de Macri, ese era el precio que ya tomaba la economía. Pero la realidad es que esa medida disparó una espiral inflacionaria que nadie pudo parar hasta ahora.

O sea que es falso que una devaluación como la que se proponen no vaya a afectar a los precios.

Nadie niega la inflación de estos cuatro años, ni los problemas para importar insumos industriales, ni que la economía se está ralentizando. Pero todo eso es resultado de la escasez de divisas.

Argentina pasó muchas veces por falta de dólares y el resultado siempre fue este mismo. Pero cuando aplicó las medidas que Milei propone ahora, solo empeoró sus problemas.

En 2019, cuando el gobierno de Macri llegaba a su final, la mitad de los locales de la zona comercial de Junín tenía carteles de liquidación o estaban vacíos. De sus cuatro años de mandato, la economía tuvo recesión en tres.

Las empresas productivas achicaban su planta de personal y los embargos de la AFIP eran una amenaza cotidiana. Los planes de pago en los que debían meterse eran leoninos y arrancaban con la primera cuota más alta que la última (de esto se pudo zafar gracias a la moratoria que implementó este gobierno apenas asumido).

Desde 2020, con todos los factores en contra (la deuda heredada, la pandemia, la guerra, la sequía), el gobierno nacional intenta mantener la economía funcionando.

A partir del 2024 esas dificultades empiezan a irse. La sequía terminó y habrá exportaciones agrícolas. Con los yacimientos produciendo y el gasoducto funcionando tampoco será necesario importar energía, sino que habrá un saldo exportable. En suma, existirá la posibilidad cierta de recomponer reservas y administrar el precio del dólar con mejores armas.

Eso en Argentina siempre derivó en una economía más estable. Vale decir, que no es cierto que la única solución sea dinamitar todo y después ver cómo se arregla.

La experiencia pyme con las propuestas de Milei ya la tuvimos. No es probar con algo nuevo. Es similar a lo que intentó Macri, pero ahora con un punto de partida peor.

Un empresario no puede ignorarlo. Y la representación gremial empresaria, menos aún.

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