sábado 27 de julio de 2024

DEPORTES | 7 dic 2023

HISTORICO

El juninense Luis Ángel Firpo ingresará al Salón de la Fama de boxeo

En el espacio ya se encuentran Carlos Monzón, Pascual Pérez, Nicolino Locche, Victor Galindez, Tito Lectoure y Amilcar Brusa. Su gloria será eterna.


El pugilista juninense Luis Ángel Firpo será incluido en el Salón de la Fama Internacional del Boxeo en Canastota, como parte de la Clase de 2024 en la categoría de “Viejas Glorias”.

El boxeo despertó furor y masividad llegó durante la década del 20 de la mano de un juninense, que tras pasar por trabajar de empleado de farmacia y zapatería, se destacó en el boxeo profesional gracias a la contundencia de sus puños, los que le dieron el derecho de disputar el campeonato del mundo de peso completo. Firpo, 'el Toro Salvaje de las Pampas' el mismo que sacó del ring al Matador de Manassa, Jack Dempsey, fue recreada hasta por los Simpsons pero mucho antes, le dio nacimiento al día del boxeador argentino.

Esa pelea, considerada la más dramática del Siglo XX, pese a que terminó en derrota, marcó el glorioso destino del pugilismo nacional.  Contó con una multitud apostada a las puertas del Pasaje Barolo, expectante de las señales que llegaban mediante una antena dispuesta en la cúpula del edificio, pero además, significó que se levantara la prohibición que regía para el box en el área de la Ciudad de Buenos Aires y de un día para el otro, la disciplina de los puños dejó de ser una expresión clandestina: Firpo lo había enaltecido y transformado en un creciente espectáculo.

Con el anuncio de la inclusión de Luis Ángel Firpo al Salón de la Fama Internacional del Boxeo en Canastota como parte de la Clase de 2024 en la categoría de “Viejas Glorias”, un siglo de espera ha concluido para sus compatriotas, para su familia y también para la historia del boxeo. “En nuestros corazones, la espera nunca terminó”, dijo emocionada María de Lourdes ‘Chiche’ Pérez Barbieri, sobrina nieta de Firpo y una de las custodias de su legado, al enterarse de la noticia. “Esto es algo que me llena de un orgullo enorme. Esa pelea en 1923 en Nueva York está grabada a fuego en los corazones de cada argentino y de cada fanático del boxeo, y ahora podemos decir que el tiempo ha hecho justicia a esa victoria. Es un reconocimiento a su fuerza física y mental, y también a su humildad”, destacó. 

Firpo nació el 1 de octubre de 1894 en Junín, y a los pocos años, sus episodios de hipoacusia estimularon a sus padres de radicarse en Buenos Aires, para un mejor tratamiento. La mudanza ocurrió en 1898 y tras regresar un tiempo a nuestra ciudad se radicó en Boedo en 1906, donde se desempeñó como empleado en un restaurante, luego en una farmacia y en la Unión Telefónica.

Cobrador en una fábrica de ladrillo, con sus puños puso en fuga a tres asaltantes y el dueño de la empresa, Félix Bunge, lo estimuló a volcarse al boxeo, donde se inició relativamente grande: a los 26 años, en diciembre de 1917, frente a Frank Hagney. Hizo dos exitosas giras en los rings de EEUU y la segunda en 1923, cuando noqueó a Jess Williard, ex retador al campeón mundial Dempsey, El Matador de Manassa.

Su hazaña hizo que Firpo se transformara en el primer boxeador en poseer una licencia profesional, numerada como 001, tras regresar a su casa con una bienvenida de héroe. A partir de entonces, su fama despegó. Numerosos productos llevaron su nombre o fueron patrocinados por él, incluyendo uno de los primeros periódicos deportivos del país llamado Firpo Sports. Poseía varios negocios, incluyendo concesionarios de automóviles y otros, y para el momento de su muerte era dueño de miles de hectáreas de algunas de las tierras más fértiles del mundo, una de ellas la reconocida 'La Marión' en Volta, paraje cercano a General Villegas.

Hábil para los números, con reputación de gran negociador y fama de amarrete de película, Firpo gestionó su propia bolsa para subirse al ring del Polo Grounds de Nueva York el 14 de septiembre de 1923. Sus chances eran remotas y el 90% del combate así lo certificó. Cayó diez veces: siete en el primer round y tres en el segundo para ser noqueado a los 3 minutos y 57 segundos.

Según el prestigioso periodista cordobés Julio Ernesto Vila, “Firpo había cometido dos grandes errores: subir al ring con fractura de húmero izquierdo y prescindir en su rincón de su asesor, Jimmy De Forrest, quien juró y perjuró que con su influencia el juninense habría sido declarado ganador”. Sin embargo, el destino es lo que en efecto pasa, no lo que pudo haber pasado: Firpo había elegido como asistente a su amigo Horacio Lavalle.

Firpo terminó su carrera con un respetable récord de 31 victorias y 4 derrotas, con 26 nocauts, habiendo derrotado a figuras como Harry Wills (un hombre al que Dempsey famosamente evitó, y no solo por su raza) y Bill Brennan, entre otros contendientes de su época. Y obtuvo fama cuando detuvo al ex campeón de peso pesado Jess Willard en ocho asaltos en Boyle’s Thirty Acres solo dos meses antes de enfrentarse a Dempsey.

De todos modos, ningún otro acto heroico o hazaña superaría esa fatídica noche de septiembre del ‘23, con docenas de celebridades en primera fila y millones escuchando por radio en todo el mundo en una de las primeras transmisiones en vivo para una pelea por el título. El ruido de esa noche, la explosión de alegría equivocada en sus compatriotas al escuchar que Dempsey estaba volando fuera del ring, el rugido de decepción y frustración al conocer el resultado oficial y la controversia subsiguiente gritada en cientos de conversaciones sobre el tema durante un siglo entero son su mayor legado.

Sus restos descansan en el cementerio de Recoleta, a la vera de un monolito que suele ser visitado por los adoradores del boxeo, turistas y algunos curiosos.




 

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