sábado 27 de julio de 2024

CULTURA | 7 feb 2024

SILVIA IPARRAGUIRRE

Dos seminarios convertidos en libro

La escritora juninense acaba de publicar “Clases de literatura rusa”, un libro en el que se funden dos seminarios que dio en los años 2014 y 2015 en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Un texto apasionante dedicado a todo lector curioso.


En los años 2014 y 2015, la escritora Sylvia Iparraguirre dictó dos seminarios de literatura rusa clásica en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Con el entusiasmo de la lectora y escritora apasionada que es y con la claridad y precisión de su condición docente, recorrió los autores rusos fundamentales del siglo XIX: Pushkin, Gógol, Dostoievski, Tolstói y Chejov.

Este nuevo material de esos seminarios aparece ahora fusionado en un libro destinado a un conjunto heterogéneo de lectores en el que el rigor informativo se combina magistralmente con la pasión por la literatura. El libro desborda y contagia entusiasmo cuya lectura tiene el carácter de una revelación, de un descubrimiento, un efecto que se produce cuando detrás de las palabras hay un conocimiento profundo y genuino, es decir, hay una verdadera formación que sustenta la información.

En su paso al papel, lo que supuso un enorme trabajo, no ha perdido, sin embargo, la frescura de la oralidad. Si de alguna manera puede medirse la eficacia del afán de enseñar es por el deseo que los seminarios produjeron en los asistentes de leer o releer a los autores clásicos rusos desde una perspectiva enriquecida. El mismo efecto produce el libro: genera deseos de lectura a partir, precisamente, de su lectura contó Mónica López Ocón, al entrevistar a la escritora juninense en el sitio Tiempo.

Iparraguirre contó cómo nació su última publicación: “Cuando comencé a dictar esas clases (NdR: los seminarios de literatura clásica en el Malba) ya tenía un borrador de la novela con un comienzo que no me convencía del todo. Estaba todo armado pero no me conformaba el principio. De pronto, en una clase, veo una mujer en el fondo que resultó ser una compañera mía de pensionado cuando vine a estudiar Letras a Buenos Aires. Justamente el tema de Antes que desaparezca. Todo ocurrió como lo cuento en la novela. Cuando terminó la clase salimos, fuimos a tomar algo y hablamos durante horas. Cuando volví a casa dije «éste es el comienzo de la novela».

El texto, publicado por Alfaguara, es el fruto de dos seminarios impartidos en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) durante los inviernos de 2014 y 2015. Carlos Anetto publicó en Télam que comienza con una inmersión en la literatura rusa clásica, enfocándose especialmente en la figura de Aleksandr Pushkin. Las lecciones subsiguientes exploran la "genialidad mozartiana" de este autor, desentrañando las complejidades de su vida y obra. Más adelante se detiene en la obra de Nicolái Gógol, abordando la risa incomprendida del "extraño ucraniano" en lecciones detalladas.

Las clases siguientes desglosan la compleja visión de la sociedad y la espiritualidad de Fiódor Dostoievski, el "oscuro explorador del alma". Luego aparece León Tolstói como delicado cazador de osos y espejo de la Revolución, y finalmente la obra culmina con un análisis de la obra de Antón Chéjov que lo retrata como un "desconocido" que dejó una huella indeleble en la literatura rusa.  

A través de sus experiencias y contribuciones a la resistencia cultural durante la dictadura militar, la narradora juninense se convirtió en una figura clave en la escena literaria argentina

La vida y obra de Iparraguirre, nacida en Junín en 1947, están impregnadas de una profunda conexión con la provincia de Buenos Aires, un lazo que se refleja en sus relatos y novelas. Su trayectoria académica, con especialidad en sociolingüística y en la obra de Mijaíl Bajtín, se entrelaza con su compromiso con la literatura y la cultura argentina.

A través de sus experiencias y contribuciones a la resistencia cultural durante la dictadura militar, la narradora se convirtió en una figura clave en la escena literaria argentina. Entre sus obras se destacan "Probables lloviznas por la noche", "En el invierno de las ciudades", "La tierra del fuego" y "Antes que desaparezca".

En el prólogo de "Clases de literatura rusa", la escritora destaca que en la experiencia intrínseca de la lectura se debe disfrutar del valor narrativo, la trama y los personajes, así como apreciar la organización interna y la estructura. Por otro lado, subraya la importancia de situar la obra en su contexto, explorando elementos que van más allá de la narrativa, como la reflexión sobre la historia y la cultura.

“Cuando doy clase estimulo mucho la participación, así que hubo cantidad de preguntas que nos llevaban de un tema a otro, mucha curiosidad por los autores y por la época. Eliminé las preguntas e incorporé las respuestas al cuerpo del texto. La otra parte, que me demandó bastante trabajo, fueron las citas. Mientras doy la clase cito a autores, pero de golpe no me acude la cita exacta, sino que, en el correr de la charla, doy una idea acerca de quién estoy citando, Después tuve que trabajar en la reposición exacta, textual, bibliográfica de cada autor. Hay una bibliografía al final del libro. Y, por último, traté de mantener el aire coloquial, el estilo oral de la clase” contó Iparraguirre.

En el prólogo de "Clases de literatura rusa", la escritora destaca que en la experiencia intrínseca de la lectura se debe disfrutar del valor narrativo, la trama y los personajes, así como apreciar la organización interna y la estructura. Por otro lado, subraya la importancia de situar la obra en su contexto, explorando elementos que van más allá de la narrativa, como la reflexión sobre la historia y la cultura.

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