"Pablo está de vacaciones" contó su cuñado Fiorini, el elegido para ocupar el sillón de Rivadavia ante cualquier contingencia, como esta partida por placer. 

Luego de un duro esfuerzo para conseguir la reelección, y con un horizonte complicado en tiempos de Milei y el 'No-hay- plata', Pablo se tomó el palo, vaya a saberse adónde, aunque se duda que esté en Las Toninas, en algún balneario popular. Pero ya que pasa sus días alejado del lío diario de gobernar en medio de la escasez y los reclamos, nos permitimos sugerirle que podría aprovechar sus días de relax para tomar algunos apuntes, pensar en el futuro, y encarar algunas iniciativas, para renovar la gestión.

Acostumbrado a los flashes y reproducido por los medios cercanos al amor a su pauta, el club de  amigos amarillos le podría abrir una nueva puerta para una futura inauguración. Porque después de todo, si diseñó el Balcón del Sol, sin importarle que su construcción dañara el ecosistema del lugar, y antes el Balcón de los enamorados, un chaperío en la laguna cuando tenía agua, y ahora proyecta un nuevo espacio con tres bancos de cemento en la vera del canal del Salado, -que parece denominará 'ribera del Salado'-  con esta buena nueva, podría asegurarse un par de meses hablando de 'gestión'.

Un cartel. Otro.

Porque algo distinto hay que hacer. Ya no puede seguir con los maceteros de la avenida San Martín, ya está, igual que los semáforos del lugar. Menos con la futura terminal que no se sabe cuándo seguirá y mucho menos nombrar el bajo nivel de calle Rivadavia, que partió a la ciudad en dos quien vaya a saber hasta cuándo.

Tampoco insistir con Mostaza porque se van a dar cuenta que le ponemos todas las fichas a comer hamburguesas, como si eso fuera una maravilla. No conviene hacer olas con los barrios, porque los vecinos andan a grito pelado por la basura que no se levanta, por el regador que no pasa y por los robos que son moneda corriente.

Hay que buscar otras alternativas y, de paso, un nuevo slogan, porque eso de repetir que esta es una ciudad de Turismo sin agua en la laguna ya no lo cree nadie. Por eso, mire al amigo Montenegro, tal vez haya abierto una puertita para mostrar en Junín.

En la Feliz comenzaron con la instalación del primer “selfie point” en el Paseo Dávila, un cartel donado por la empresa Havanna. El presidente del Ente Municipal de Turismo y Cultura, Bernardo Martín, destacó que el punto estará ubicado cerca del puente de Punta Iglesia, iluminado y con mobiliario, además de ser intervenido por distintos artistas, convirtiéndose en un nuevo atractivo para la ciudad. La inauguración está prevista para el 10 de febrero, coincidiendo con el aniversario de Mar del Plata.

El objetivo del proyecto es jerarquizar la ciudad y mejorar sus vistas panorámicas. El autor de la iniciativa sostuvo que “Mar del Plata es uno de los centros turísticos más importantes del país. Por eso que es importante inmortalizar sus puntos estratégicos como lo hacen otras ciudades turísticas”.

Es buena ésa Pablo. Reúne todo lo que usted disfruta. Selfies, sonrisa, felicidad. Lástima (siempre hay un pero) que acá ya tenemos cartel. hay uno en la laguna, solo que atrás ahora hay un desierto.

No importa, podría poner otros, en otro lado. Total, para sus selfies, motivos sobran. Dele, dibuje, maestro, muestra que las vacaciones le hicieron bien y póngase a jugar.