Por: Redacción Semanario de Junín

EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 396 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 10 AL 16 DE FEBRERO DE 2024

Más allá de las disputas que mantienen los diferentes sectores político partidarios respecto a las medidas económicas (esto significa las que se tomaron antes para llegar hasta acá y las que vienen llegando), resulta necesario establecer una estrategia para “sostener a los caídos”, del mismo modo que se implementó en los tiempos en que se decretó la pandemia.

El gobierno de Javier Milei se consagró a través del voto popular y no está haciendo más que poner en práctica las medidas que anunció, aunque sus acciones cuenten con el control legislativo y judicial que corresponde a una república que así se estableció constitucionalmente.

De todas formas, a sólo dos meses de la asunción coronada por el “no hay plata”, se empiezan a conocer datos de la economía que conviene considerar antes que sea tarde y comenzar a establecer mecanismos, al menos locales, antes que el fuego termine consumiendo todo.

La rebelión empresaria acontecida la semana pasada en nuestra ciudad ante el abusivo incremento de las tasas municipales, es un llamado de atención para un municipio, cuyos funcionarios se han dormido en los laureles eleccionarios, acostumbrándose a trabajar sólo en campaña y cobijándose detrás del dinero que llegaba para la obra pública, tanto de Nación como de Provincia, que les permitió mantener “la fiesta”, pero no terminar las obras esenciales para el desarrollo de un distrito que, siempre puntualizamos, cuenta con más de 100 mil habitantes y debiera ser locomotora de la región, pero se reduce a un vagón intermedio.

La fuerte caída de las ventas en todos los rubros comerciales se enfrenta a los incrementos en alquileres y los servicios. La industria también se derrumbó en diciembre un 12,8%.

A eso se suma otro achicamiento que, según el Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES) calculó, en base a los datos oficiales y es el paquete de partidas que componen el denominado gasto social cayó 22,6% interanual en términos reales.

El dato incluye las partidas destinadas a jubilaciones y pensiones contributivas, asignaciones familiares y por hijo, pensiones no contributivas, prestaciones del PAMI, Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar, entre otros.

Es seguramente tiempo de dejar las chicanas de lado y que cada quien asuma la responsabilidad de concertar una Mesa Social que apunte a preservar el bienestar de los excluidos, porque si la “casta” no va a pagar los costos -como se dijo- al menos que se ponga a trabajar.