Hace poco más de un mes, titular de IOMA Homero Giles y los representantes del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires firmaron la nueva adenda al convenio para mejorar las prestaciones para las afiliadas y afiliados de IOMA donde se establecieron las cantidades mensuales y anuales de provisión de accesorios.

"El trámite de autorización y dispensa ahora es completamente digital y el Colegio de Farmacéuticos se comprometió a garantizar una amplia red de farmacias para cubrir la provisión en todo el territorio bonaerense" dijo entonces Homero Giles.

Para la implementación del nuevo convenio de accesorios, IOMA y el Colegio anunciaron diversas acciones en forma conjunta, como contar con un sistema integrado digital mediante el cual profesionales, personas afiliadas, red de farmacias y proveedores, pueden acceder de forma sencilla y rápida a la prescripción de fichas de tratamiento y/o recetas electrónicas.

"Para que este ecosistema digital pueda darse, IOMA pondrá a disposición las aplicaciones necesarias y las herramientas tecnológicas para los procesos de gestión que ya realiza la obra social" . Así las cosas, la puesta en marcha del sistema digitalizado, prometía solucionar todos los inconvenientes. Menos papel, menos trabas burocráticas y beneficios para todos. Por un lado las farmacias se asegurarían un pronto pago (la demora en tiempos de inflación hizo que los afiliados que debían retirar 120 pañales cada mes recibieran menos) y los afiliados, una mejor cobertura.

"Ya entró en vigencia el nuevo convenio de accesorios. Se firmó una nueva adenda entre IOMA y Colegio de Farmacéuticos de la Prov. Bs. As, que amplía la cobertura y otorga mayor celeridad en la entrega" asegura su portal, fechado el 27 de marzo pasado. Un mes después, la realidad muestra otra cosa, diametralmente opuesta.

Parecía una mejora sustancial, y bienvenida. Hasta que la realidad se encargó de demostrar, una vez más, que lo que parecía una solución, empezó a ser un problema mayor que el que ya había. 

El sistema funciona así: Con una receta digital, la persona llega al mostrador de la farmacia y solicita sus pañales. El farmaceútico carga los datos, se valida la operación con el token y le entregan un vale para retirarlos...cuando ellos los reciban. Y acá empieza el sufrimiento.

Mejor no pensar en la incontinencia porque ese trámite, 'viaja' a una dependencia central (una droguería) encargada de recepcionar todos los pedidos de las farmacias de CABA y Provincia de Buenos Aires, y, una vez procesados, envían lo solicitado.

¿A quién se le ocurrió pensar que esto agilizaría el trámite? ¿Una droguería para cientos y cientos de farmacias? En definitiva, lo que antes demoraba un rato de espera en la farmacia, ahora se estira a consultas para averiguar si llegaron, reclamos a un 0-800 de IOMA que nadie atiende, salvo una grabación y a un mail, que nadie responde.

"Uno de los puntos a destacar de este convenio, es que a partir de su entrada en vigencia, todos los trámites se realizarán por parte de afiliadas y afiliados de manera totalmente digital. De esta forma, se disminuyen notablemente, los tiempos de espera de la provisión de los accesorios" reaba la comunicación de la obra social. No es verdad, al menos hasta ahora. Al menos en Junín, un afiliado que deba pedir pañales por IOMA tenga en cuenta que será con una demora interminable.

La solución de la obra social para sus afiliados que precisan con urgencia un elemento vital para cada día, es... el silencio, aunque en público sostenga que todo funciona a las mil maravillas.