lunes 17 de junio de 2024

LOCALES | 26 may 2024

SEMANAGRO

Algo más sobre el riesgo acerca de los acuíferos

En marzo de este año señalamos desde SEMANARIO que “en este tiempo se han conocido varios productores ganaderos del distrito que tuvieron que realizar nuevos pozos subterráneos para dotar de agua de bebida a la hacienda, lo cual demuestra que las napas (lógicamente) han ido bajando debido a la falta de precipitaciones


Por: Redacción Semanario de Junín

SECCIÓN SEMANAGRO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 411 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 25 AL 31 DE MAYO DE 2024.

Las lagunas de Junín padecieron la sequía y el mal manejo hidráulico hizo que la de Gómez terminara completamente seca y las perspectivas de recomposición no son del todo favorables habida cuenta de que en primavera ya está casi asegurada la presencia nuevamente del fenómeno “Niña” que en nuestro país genera lluvias por debajo de lo normal.

Sin embargo, la temporada de la gruesa 2024/25 tendría lluvias suficientes en la primavera como para pensar en buenos rindes. Esas precipitaciones no alcanzarían sin embargo para reconstituir el cauce lacustre y menos para recomponer el hábitat piscícola devastado por responsabilidades propias antes que cuestiones naturales.

 Lo que sí debiera tenerse en cuenta a nivel local, pero particularmente provincial y nacional es la cuestión relacionada con las napas de agua subterráneas, es decir los acuíferos, que constituyen un elemento vital para las zonas del interior como la nuestra y que no están siendo valorados en su real dimensión a pesar de ser un tema todavía más importante que la crisis climática.

Justamente esta semana se conoció una entrevista que el medio español “eldiario.es” le realizó a John Cherry conocido como el “premio nobel del agua” por las distinciones recibidas debido a su trabajo de investigación a nivel global.

En marzo de este año señalamos desde SEMANARIO que “en este tiempo se han conocido varios productores ganaderos del distrito que tuvieron que realizar nuevos pozos subterráneos para dotar de agua de bebida a la hacienda, lo cual demuestra que las napas (lógicamente) han ido bajando debido a la falta de precipitaciones y la mala praxis respecto al manejo hidrológico de las lagunas que –desagüe descontrolado mediante- terminaron con mínimo caudal”.

John Cherry lleva casi seis décadas dedicadas al estudio de las aguas subterráneas y es una eminencia mundial en la materia. Autor en 1979 de Groundwater, considerada la biblia de los acuíferos para los estudiantes, este hidrogeólogo recibió en 2020 el StockholmWaterPrize, conocido como el Premio Nobel del Agua. Pertenece además a la Royal SocietyofCanada y a la NationalAcademyofEngineering de los Estados Unidos.

De visita en Barcelona, el especialista ha dejado importantes descripciones que causan preocupación si no es que no empezamos a ocuparnos seriamente de la cuestión.

                Algunos pozos se están quedando sin agua

En la entrevista con eldiario.es, destacó como introducción que “cuando llueve, el agua se infiltra debajo de la tierra y parte de ella se mueve y va a parar a las capas freáticas. Estés donde estés, probablemente si cavas un agujero debajo de tus pies encontrarás una capa freática de agua. Y mayoritariamente es agua dulce y potable. No nos damos cuenta porque no la vemos, pero es la que alimenta los arroyos, sustenta la ecología y da de beber a la mitad de la población mundial a través de los pozos. Supone, de hecho, el 99% del agua dulce que hay en el planeta”.

Respecto a si se está consumiendo por encima de nuestras posibilidades, expresó que: “sí. El 70% del uso que hacemos de esta agua es el riego agrícola. Pero hay que tener en cuenta que en períodos de sequía, los acuíferos son la única agua que tenemos, salvo quien dispone de embalses. Y los estamos secando porque extraemos demasiada. Deberíamos ahorrarla para períodos de sequía, como quien tiene una cuenta de ahorros en un banco”.

Nuestra zona pampeana sufrió una sequía bastante intensa durante tres años consecutivos y mientras esperábamos que “El Niño” recuperara los caudales perdidos, llega una nueva “Niña” que presagia precipitaciones normales en su primer impacto e indeterminadas para los próximos años.

Según Charry, “nos dicen los registros es que deberíamos prepararnos para sequías más largas, y que no necesariamente tienen que ver con la emergencia climática”.

Explica que “la percepción general es que el agua, a diferencia de los recursos fósiles como el carbón o el petróleo, es renovable. Que el ciclo del agua rellena los acuíferos. Los acuíferos se rellenan y dan siempre agua si no extraes demasiada. Si no superas su tasa de reposición, por decirlo de algún modo, porque entonces se secan. El 70% de ellos están en retroceso en todo el mundo, según los últimos estudios. Pero es que además hay millones de personas que dependen de agua subterránea considerada fósil. Agua que se infiltró hace decenas de miles de años en el suelo y que a efectos prácticos es como el petróleo. Es así en Arabia Saudí, Oriente Medio y Norte de África”.

Cherry ha visitado España para impartir el seminario La crisis global del agua: aguas subterráneas, comida, pobreza y el futuro de la humanidad, organizado por la Escola de Camins de la UniversitatPolitècnica de Catalunya (UPC). Su principal mensaje es que el vaciado descontrolado de acuíferos para regar cultivos puede llevar pronto al colapso a algunos países.

Ante la pregunta respecto a si es habitual que las poblaciones, a lo largo de la historia, no recuerden los períodos de sequía para adoptar medidas preventivas, Cherry respondió que “la historia de los últimos 6.000 años gira en torno al agua. Las civilizaciones han florecido gracias al agua que les permitía regar sus cultivos y han colapsado también debido a la falta de agua”.

Y plantea una situación alarmante al señalar que “hay países que están secando sus aguas subterráneas con el riego y van directos al desastre” y añade que “la guerra civil de Siria ocurrió tras años de sequía. Lo mismo ha pasado en Somalia. Cuando cunde la desesperación se desatan conflictos civiles y grandes movimientos migratorios. Si miras las cifras, en 2030 el 50% de la población vivirá en situaciones de estrés hídrico. Cuando miramos la historia de la humanidad, las civilizaciones se alzan y caen en torno a los alimentos y el agua. Irán, por ejemplo, está inmerso de lleno en una situación de inseguridad hídrica que, según el New York Times, afecta de forma existencial y disruptiva a unas 15 millones de personas. En India, Estados Unidos, Pakistán, partes de Bangladesh, de Chile… Se está extrayendo demasiada agua”.

En el país más poblado del mundo-la India- la mitad de la población trabajadora depende de la agricultura. Pues bien, cada año se suicidan miles de campesinos en India, en parte debido a la escasez de agua. Van directos al desastre. En muchos casos, el agua de sus ríos está contaminada y entonces hacen pozos y usan agua subterránea. Pero cuando estos se secan ya es tarde, porque has establecido un modelo agrario que es demasiado complicado de transformar.

Cherry se refirió al monitoreo insuficiente de esta situación. “El gran problema del agua subterránea es que no mantenemos una buena supervisión. ¿Cuánta de esta agua se usa en Francia? ¿O en España? Los gobiernos elaboran informes, pero los datos son cuestionables. En todos lados cada granjero tiene un pozo y quién sabe cuánta agua extrae. Más aún en algunos países donde no hay ningún tipo de regulación. Además, calcular el agua de un acuífero se puede hacer, pero lo importante es saber cuánta puedes sacar de forma sostenible. Necesitas tiempo para monitorizarlo”.

En general, las políticas de gestión de los acuíferos no reciben la atención necesaria, los políticos no suelen sentirse interpelados. ¿Para qué gastar mucho dinero en ello cuándo sus efectos llevan mucho más tiempo que el de un ciclo democrático? En cambio, los efectos regulatorios sobre los ríos, el mar o las costas sí son más evidentes a corto plazo.

El experto finaliza apuntando que “el discurso de algunos medios y políticos es que solo hay una crisis, que es el cambio climático causado por el CO2 que generamos los humanos. ¿Hay cambio climático? Sí. ¿Debemos preocuparnos por ello? Por supuesto. Pero lo que yo digo es que en los próximos 30 años vamos a pasar de 8.000 a más de 9.000 millones de personas en el mundo. Tenemos años de sequía y hambre por delante y hay que hacer lo que haga falta para conducir a toda esta población a través del peakwater (en referencia a la capacidad máxima de extracción de agua)”, un tema al que por estas tierras no le brindamos la real importancia no sólo desde el ámbito político, sino además desde aquellos relacionados con la investigación relacionada con la matriz productiva agropecuaria. Es que quizás nadie se anime a ponerle el cascabel al gato.

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