viernes 20 de septiembre de 2024

DEPORTES | 4 sep 2018

Natación

Las fisuras del Santa Paula

El estado del Complejo Santa Paula generó esta semana un cruce mediático que dio pena. Aquellos que aunque sea por humildad, por dejarlo venir abajo, y otros por falta de previsión podrían haber priorizado la humildad y el silencio, optaron por señalarse como los culpables del desastre.


El deterioro viene de años. De años de falta de mantenimiento y desinterés por mantener en condiciones un natatorio que exige algo más que el llenado de la pileta.
El sellado de sus fisuras, la nueva cobertura, la instalación eléctrica, la caldera, los desagües y las demás instalaciones complementarias que utilizan cientos de chicos de la ciudad, fueron renovadas en el último tiempo, no obstante, el centro de entrenamiento de atletas, triatletas y ancianos deportistas o en rehabilitación, hace tres temporadas que sigue cerrado.

Como anticipo de los tiempos políticos que vendrán, algunos concejales usaron sus palabras para ganar centímetros en la prensa. Desde la oposición acusaron al oficialismo de utilizar al deporte “para hacer circo y gastar miles de pesos para dar una vuelta a la plaza con la llama olímpica”.
“Nosotros con esto no hacemos política, podría haber pasado cualquier cosa” dijeron desde obras públicas del Gobierno de Junín al detallar técnicamente, las obras encaradas.
Hay hechos que no admiten discusión: el Santa Paula, que casi había desaparecido, estaba roto, daba pena. Y la reparación era vital y necesaria antes que lamentar una desgracia. La objeción que podría hacerse es… ¿tres temporadas para llevarlo a cabo?


Es de miserables tirarse con el despojo de aquello que todos, contribuyeron a destruir. Un deterioro que sobrevino luego de años de desidia, abandono y que ahora, repentinamente descubrieron. Pasaron tres inviernos con la pileta cerrada. Cuánta hipocresía.


Junín perdió la oferta pública de natación en invierno. El complejo Santa Paula fue clausurado por la Dirección General de Infraestructura Escolar; y atendiendo el deterioro casi general, al día de hoy sigue en espera. Claro que no está igual: ahora cuenta con planos aprobados, revisión de cañerías y red de gas a nuevo, instalación eléctrica y cobertura nuevas, cerramientos, iluminación en el predio y algunas otras obras menores finalizadas.
Cerca de 400 chicos del CEF 55 esperan por la utilización del Complejo, más atletas, ancianos en rehabilitación y vecinos que concurrían a la única pileta climatizada de la ciudad de bajo costo.


¿Se podría haber hecho todo más rápido, con otra impronta? Seguramente, lo que no quita que moleste o duela escuchar la crítica oportunista. Porque, entre otras cosas, quienes lo hacen fueron gobierno hasta hace poco, y los que hoy dicen ser la solución, estuvieron en la función del otro lado del mostrador, sin haber puesto el grito en el cielo por entonces. El muerto se asusta del degollado, diría la abuela.


El Santa Paula sigue en espera, pero el sentido común, a juzgar por lo visto y oído por algunos, está perdido.

 

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