LOCALES | 1 oct 2024
GRADUADOS UNIVERSITARIOS
El esfuerzo de estudiar, en la UNNOBA vale la pena
La universidad regional produjo más de 4000 profesionales desde que comenzó el dictado de sus carreras en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. El impacto de profesionales de la UNNOBA en la región.
La UNNOBA nació por decreto en 2002 y, a fin de 2003, su existencia se transformó en ley nacional. En 2005 comenzó el dictado de las primeras carreras y, en 2008, esta institución entregó sus primeros graduados, que pertenecían a la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas.
Ahora, tras poco más de 20 años de nacimiento y con una amplia oferta educativa, empiezan a trazarse algunos balances del impacto que generó su instalación en la región y a entregar números del destino que tuvieron sus carreras y los estudiantes que pasaron por ella a lo largo de estos años.
Entre uno de los interrogantes que buscaron sus respuestas en una publicación de ‘El Universitario’ que lleva la firma de Ana Sagastume se preguntaron: ¿Qué hacen y a qué se dedican las graduadas y los graduados de la Universidad? ¿Consiguen trabajo fácilmente? ¿Qué impacto real tiene esta masa de personas con preparación académica y científica en la región y en el país?
El primer dato relevante que aparece en los programas de seguimientos de graduados y graduadas sugiere que la formación de grado genera un impacto positivo en las posibilidades laborales de las personas que hicieron el esfuerzo de estudiar. De hecho, más del 95% consiguió trabajo antes del año de haberse graduado y la gran mayoría lo hizo en tareas vinculadas a la profesión.
Catalina Deus, diseñadora de indumentaria y textil, desarrolló en Florentino Ameghino un emprendimiento de indumentaria no binaria, para cuerpos diversos.
“Prácticamente el 100 por ciento de nuestros graduados se encuentra trabajando y desempeñándose en lo que estudió”, aseguró Mónica Sarobe, directora de la Escuela de Tecnología, donde se dictan carreras vinculadas a la informática, la ingeniería y el diseño. “La inserción laboral es realmente muy buena”, opinó Virginia Pasquinelli, directora de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales, con carreras en las áreas de agronomía, ciencias de los alimentos y genética.
Los datos relevados permiten afirmar que el esfuerzo realizado para estudiar valió la pena, porque modificó sustancialmente la vida de estas personas (y de sus familias), al haber logrado espacios laborales mejores que los que se hubieran alcanzado sin un título profesional. Y hay otro dato importante: El 50% de los graduados y graduadas son primeros universitarios en la familia.
Más del 95% consigue trabajo antes del año de haberse graduado y la gran mayoría lo hace en tareas vinculadas a la profesión
PROFESIONALES: DÓNDE Y EN QUÉ TRABAJAN
La mayoría de los graduados de Ciencias Económicas y Jurídicas, que son quienes estudiaron las carreras de Contador Público, Abogacía, Licenciatura en Administración, Tecnicatura en Pymes y Tecnicatura en Gestión Pública, trabajan en el sector privado: un 72%, mientras que el resto lo hace el sector público. El mismo predominio de lo privado por sobre lo público ocurre en la Escuela de Tecnología, con un 71%.
La situación cambia en las otras dos unidades académicas de la UNNOBA, que mantienen una relación más equilibrada público-privado: en Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales hay un 52% por ciento que trabaja en el sector privado, mientras que en el caso del Instituto Académico de Desarrollo Humano predominan los profesionales que trabajan en el sector público (un 57%). En ambos casos, la prevalencia de un sector por sobre otro es poco significativa a los efectos de establecer una tendencia marcada.
Puntualmente, las tareas que desarrollan la mayoría de los ingenieros e ingenieras agrónomas son diversas, dentro de empresas agropecuarias: dirección de ensayos, asesoramiento a productores, desarrollo y posicionamiento de productos. En el caso de los ingenieros de alimentos, las funciones de la mayoría se vinculan con el desarrollo de alimentos, logística y calidad de productos. Un porcentaje alto (88%) de quienes se reciben de la Licenciatura en Genética está dedicado a la tarea científica en instituciones (en su mayoría, públicas).
La directora de la Escuela de Agrarias también remarca que, si bien la mayoría de los graduados de agronomía, alimentos y genética trabajan en el país, existe un grupo que están radicados en otros países, desempeñándose en centros de investigación y empresas del exterior. “Sus carreras profesionales tienen una proyección internacional“, subraya Pasquinelli.
La mayoría de las y los profesionales de la unidad académica que ejercen la profesión liberal (Contador Público y Abogacía) trabajan en estudios contables y jurídicos, brindando un servicio independiente.
Matías Becchi, ingeniero mecánico, trabaja en una operadora de hidrocarburos de Neuquén como ingeniero de perforación.
En el caso de las y los licenciados/as en administración, buena parte de ellos trabaja en empresas de la región, del país y del mundo. Pero, además, un grupo de profesionales trabaja en los departamentos jurídicos y contables de administraciones del Estado local, provincial o municipal, mientras que otros de abogacía concursaron en el Consejo de la Magistratura obteniendo cargos en el Poder Judicial. Adicionalmente, existe un número de profesionales que está en proceso de integrar ternas para cargos de jueces y fiscales.
En el caso de los graduados y las graduadas de las carreras Enfermería y Licenciatura en Enfermería de la UNNOBA (del Instituto Académico de Desarrollo Humano) la gran mayoría se desempeña en organizaciones de salud, cumpliendo funciones asistenciales y de gestión en clínicas, hospitales y centros de primer nivel de atención, aunque un porcentaje menor trabaja en otros ámbitos.
Por ejemplo, ejercen la docencia en diferentes niveles de la educación, brindan de manera autónoma asesoramiento a empresas de salud, presentan emprendimientos que autogestionan o se desempeñan en empresas lo que se denomina “enfermería laboral”.
En tanto, la gran mayoría de las y los profesionales de informática se encuentra en relación de dependencia en empresas locales, nacionales o multinacionales. La gran ventaja de esta profesión es, al mismo tiempo, su principal problema: al poseer un saber tan requerido en el mundo laboral, muchos de los graduados de Analista de Sistemas (que, en rigor, es una carrera de pregrado) no continúan estudiando (o lo hacen a un ritmo mucho más lento) en las dos opciones de grado a las que la Escuela aspira que sigan: Licenciatura en Sistemas e Ingeniería en Informática. Por eso, desde esta unidad académica se trabaja fuertemente desde el Programa Estímulo a la Graduación, con resultados muy positivos en el incremento de egresados en las dos carreras de grado.
Dentro de la Escuela de Tecnología, los ingenieros e ingenieras industriales y mecánicas/os se insertan en compañías de la región, del país y del mundo que necesitan personal formado y, además de la formación de base, requieren de habilidades “blandas” para el trabajo (como liderazgo, relaciones humanas, trabajo en equipo), algo que la UNNOBA hace mucho hincapié en sus planes de estudio.
Antonela Zinani, ingeniera en alimentos, es líder del equipo de inocuidad y directora técnica en un molino de Entre Ríos, donde se procesa arroz orgánico.
En el caso de los profesionales del área de diseño (que incluye tres carreras de grado: Diseño Industrial, Gráfico y de Indumentaria), un alto porcentaje tiene emprendimientos propios, por eso desde la Casa de Estudios se decidió incorporar asignaturas vinculadas al emprendedurismo.
El impacto positivo que tiene la Universidad en la región está dado, en gran medida, por los profesionales reales que se insertan en empresas e instituciones
IMPACTO REGIONAL
El impacto positivo que tiene la Universidad en la región está dado, en gran medida, por los profesionales reales que se insertan en empresas e instituciones, o bien, que desarrollan su propio emprendimiento.
Las distintas autoridades de las unidades académicas aseguran que la clave de la calidad de la educación impartida en la UNNOBA está relacionada con la formación práctica en el campo laboral. En la Universidad esto posee una figura puntual: Práctica Profesional Supervisada (PPS).
Las prácticas profesionales supervisadas son una forma concreta en que el futuro graduado se vincula con empresas y Pymes, desde una cerealera hasta una carnicería.
También las hacen en laboratorios de bromatología de los municipios y otros espacios del sector público. En todos ellos, el o la estudiante no solamente aprende a insertarse laboralmente, sino que aporta una visión de cómo crecer, proyectarse, organizar procedimientos, normalizarlos, escalarlos, mejorar la producción y/o reducir los desechos.
Se busca que las situaciones sean lo más realistas posibles, de manera tal que cuando los alumnos llegan a las prácticas pre profesionales, se sientan seguros, y confiados, con otras experiencias y, cuándo se gradúan, aún más.
Brian Acosta, ingeniero agrónomo, está trabajando en Suiza en un establecimiento agropecuario.
En el caso de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales cuenta con espacios para el desarrollo de nuevas competencias profesionales vinculadas a la práctica: el Campo Experimental “Las Magnolias” (Junín) y la Unidad Integrada INTA- UNNOBA (Pergamino). En estos lugares se realizan ensayos y salidas a campo, y las y los estudiantes pueden adquirir habilidades prácticas vinculadas a cada una las disciplinas.
El impacto de los graduados y graduadas de la UNNOBA en la región no solo se visualiza en los aportes que hacen como profesionales a las empresas e instituciones, sino también en los conocimientos científicos que producen y en los saberes que aportan para la mejora de la vida de las comunidades. Lo hacen a través de su participación en proyectos de investigación y de extensión.
En suma, el impacto de la UNNOBA en la región no solo se verifica por la mejora en la calidad de vida personal de los graduados y graduadas quienes, por medio del esfuerzo de estudiar, ampliaron sus posibilidades laborales y obtuvieron la “movilidad social ascendente” sino también en que las empresas e industrias de la región optimizaron sus procesos productivos a partir del conocimiento puesto en práctica, así como las instituciones del Estado pudieron mejoraron la calidad de los servicios sociales brindados.
Adicionalmente, la participación de graduadas y graduados en proyectos de investigación y extensión aportó a la generación de nuevos conocimientos valiosos y significó una respuesta a necesidades concretas de las comunidades.
Fotos: El Universitario