Por: Redacción Semanario de Junín

PÁGINA DE HUMOR POLÍTICO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 436 DE SEMANARIO DE JUNIN. SEMANA DEL 16 AL 22 DE NOVIEMBRE DE 2024

Alexia es una especie de viajero del tiempo. Del tiempo perdido. Dice el dicho que para muestra basta un botón y este monarca tiene ejemplos como para poner varias botonerías.

Alexia tiene algo con el tiempo; con el suyo y con el de los demás, porque para los de las afueras las promesas quedan detenidas y en espera, y para él y los suyos, las soluciones llegan en carruajes de colores y enseguida.

Tal vez decidió inaugurar alguna especie de movimiento slow, un modo tortuga para no estresarse y por eso hace lo que hace, porque no se entiende cómo es posible que sus soluciones tarden años y años en llegar.

Alexia estuvo 12 años pensando cómo hacer para sacar yuyos y pintar la pista clausurada de los pájaros voladores; antes, se dio el gusto de tener paralizado por 10 años el pórtico de ingreso al balneario real; para seguir en esa línea, mantuvo (y aún lo hace) cerrada y sin inaugurar la terminal de caballos, que ya cumplió 12 años paralizada. En ese listado, cumplió 2 años el bajo nivel real cortando al reino a la mitad; hay 149 posadas que esperan desde hace añares una respuesta, y los de las afueras, poder habitarlas.

Con mayor o menor responsabilidad, Alexia se las ingenió para sacarse cada cruz, culpando siempre a los demás, como si el viviera adentro de un termo y ocupara un cargo solo para calentar el traste por un par de años y buenos acres.

En contraste a esta pasmosa quietud, obró en dirección contraria con algunas cuestiones. Así, a la velocidad de un rayo, resolvió que su parentela y amigotes amarillos desembarquen en cargos reales. Compró y refaccionó posada real y adquirió nuevo carruaje, apenas un rato después.

Es que su movimiento slow es uno para los que dice defender y otro bien distinto, para los que quiere favorecer.

Así, le manda adoquines y macetones con flores a comerciantes amigos y deja en el olvido y cubierto de tierra el pedido de barrios lejanos; se ilusiona con los pájaros de plata y calla por el abandono de los carruajes de vías; promete que el reino levantará vuelo y ni siquiera corta las cintas de la terminal de caballos; habla de turismo y apenas si corta el pasto en su laguna; hace lo mismo de siempre, y, obviamente, logra idénticos resultados. Es decir, repite como loro el versito amarillo, y pasea orondo, triunfal, ondeando la bandera de la victoria, en medio de la quemazón que no le importa.

Y es normal que lo haga, porque entre su corte de sialexistas que le dicen a todo que sí, con tal de no perder sus privilegios ni su café calentito y los opositores que se parecen más a una sociedad de fomento rezongona que a funcionarios que piensan distinto, el reino avanza como si se viviera en el mejor de los mundos.

Alexia lo sabe, lo hizo y lo repite. Es su fórmula del éxito. El fracaso queda en todo el reino, pero eso no le importa demasiado. Con una queja impostada, asegura que si no fuera por todos los que le ponen palos en su rueda, este pago sería una maravilla. De sus carencias e incapacidades, nada dice. Obvio, será cualquier cosa, menos gil. ¿O por qué duró lo que duró?

 

PetrEgo

Se decidió. Después de años y años de hacer la plancha y de tirar bombas de humo con el nuevo acceso, una doble vía de ingreso y mucho circo, PetrEgo empezó a reparar el techo del pórtico de acceso al balneario local.

Nada dijo que tuvo que recular en ojotas al pretender modificar un sitio protegido por Ordenanza porque el papelón hubiera sido mayúsculo y él habría quedado en evidencia.

Bueno, en eso de incumplir la ley el fulano es un campeón. También lo intentó con la rotonda de los muchachos de la hamburguesa a quienes les prometió rotonda nueva, hasta que Vialidad lo frenó en seco, por meterse en lugares que no le pertenecen. Y ahí quedó, en espera como tantas otras cosas. Y después, con el techo de paja de la Sociedad de Fomento en la laguna que primero prohibió y luego permitió, aunque la ley lo prohíbe.

En su listado de carencias, hay para hacer dulce de leche. Por caso, el plan de mantenimiento de la ciudad, que quedó circunscripto a alguna senda peatonal, pero no llegó al mantenimiento de las calles, ni al corte de cintas de la terminal, ni tampoco a la solución de los grandes problemas que Junín arrastra, como la seguridad, las obras paralizadas y los barrios olvidados. Eso sí, no paró de cortar cintas ajenas, sumando porotos a la causa. Sonrió y agradeció ‘por los que apuestan por el crecimiento’.

Puso pleno a ganador al acuerdo superior, que según termine en matrimonio o convivencia, podría derramar algo de todo lo pendiente en la ciudad. Pero, como siempre, es cuestión de rezar, y no de gestionar.

Podría poner una estampita en su despacho, le saldría más barato a los contribuyentes y sería más real. Al menos estaría en sintonía con el desquiciado mayor, que invoca a las fuerzas del Cielo para que las cosas mejoren.

Por acá, quedó visto que, invocando a PetrEgo, lo único que Ciudad Fría logró, es un montón de expedientes, promesas, y cero soluciones.

Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

*) Inaugurar la terminal. O al menos prometer que vamos a hacerlo.

*) Diseñar un acceso en Padre Respuela y Circunvalación, algún semáforo, una rotonda, algo. Por ahora pusimos unas plantitas en el cantero central. Peor es nada.

*) Colocar las luminarias de las columnas de la colectora en inmediaciones de la terminal.

*) Explicar qué onda con la empresa que debía cobrar con el terreno de la actual terminal, una vez que la obra de la nueva, esté listo. Por eso no queremos terminarla.

*) Seguir sumando cuadras de combates de los pozos. No paran de aparecer y nosotros sin un mango. Lpm.

*) Armar las valijas, es finde largo y mejor descansar que hacernos problemas que son ajenos. Jijiji.