Por: Redacción Semanario de Junín

Las manifestaciones populares por el recorte al presupuesto universitario son una piedra en el zapato del gobierno nacional que conduce Javier Milei, ya que a la visibilización lograda se suman los argumentos -principalmente- de los docentes y sus salarios.

Por ese motivo el tema ha sido llevado a las pantallas de la televisión y masivamente a las redes sociales como botín de guerra.

Justamente quien intentó intervenir en el conflicto tal vez con el loable objetivo de que las casas de altos estudios puedan continuar con sus obras, fue el gobernador bonaerense, Axel Kicillof quien en sus redes sociales oficiales, publicó un video donde anunció el plan de financiamiento a la infraestructura universitaria, durante un encuentro que mantuvo hace unos días junto al rector de la Universidad Nacional de Moreno (UNM), Alejandro Robba.

“No es una cuestión de recursos sino de prioridades. El valor que le damos a nuestra universidad pública define el proyecto de provincia y de país que queremos, si es con más igualdad o con oportunidades para unos pocos”, indicó el mandatario provincial.

Sin embargo, Kicillof olvidó -seguramente sin quererlo- la situación que atraviesa la Escuela Normal de Junín, donde el año pasado se iniciaron obras de infraestructura y mejoramiento como históricamente no habían acontecido, pero que en diciembre pasado fueron paralizadas por el gobierno nacional y su apabullante motosierra que cercenó todo gasto público.

Ahora, con esta nueva propuesta provincial el beneficio lo recibirá la UNNOBA y de hecho el rector de la universidad Guillermo Tamarit, explicó que "ya estamos trabajando con la provincia” y apuntó que “durante la visita del ministro de infraestructura, Gabriel Katopodis, recorrimos la obra que la universidad presentó en este programa y estamos viendo cuestiones legales porque son obras que se van a terminar y por ende hay que acordar legalmente con una empresa que venía trabajando y a la que se le suspendieron los trabajos". Se trata precisamente de las obras del Museo de Ciencia y Tecnología, que tiene una estructura de 3.188 m2 desarrollado en tres plantas sobre un terreno conectado con el predio donde se encuentra el rectorado.

¿Y EL NORMAL?

Llamativamente el gobernador optó por terminar el museo de la universidad antes que las aulas del Normal que actualmente tienen sus techos a medio hacer, se llueven, se estropean y se corre riesgo de electrocución.

Todo parece indicar que a la hora del marketing lo que más expone positivamente al dirigente es la universidad nacional, antes que la escuela provincial y por eso esa obra no se termina a pesar de haber sido reclamada a través del Consejo Escolar local.

El gobernador optó por terminar el museo de la universidad antes que las aulas del Normal.

Ocurre que, a principios del año pasado, la Escuela Normal de Junín recibió una “excelente noticia” referida a la llegada de los fondos del Ministerio de Educación de la Nación para llevar a cabo una de las obras de infraestructura más grandes de todos los tiempos desde que esta escuela se construyó.

Sin embargo, tras la desaparición del ministerio y el recorte de fondos, la obra literalmente se abandonó y nadie al día de hoy brinda una respuesta al problema que se generó y que queda al desnudo ante cada lluvia, ya que se inundan distintos sectores del establecimiento, hay que suspender las clases y los alumnos están en riesgo.

Las tareas consistían en la realización de todo el cableado nuevo de la planta alta y la planta baja, todos los sistemas eléctricos de la escuela con cableado externo y la pintura de las aulas y arreglo de persianas y cortinas. El intendente Pablo Petrecca fue rápido a sacarse la foto de iniciación de la obra, pero luego de la parálisis también “se lavó las manos”.

Vale remarcar que algunas áreas de la escuela todavía cuentan con cables forrados en tela que datan de la época de su construcción, hace más de 100 años.

Por eso una de las premisas era hacer toda la obra de electricidad con todo el cableado de forma directa por fuera del alcance de los niños y de los estudiantes y que al mismo tiempo permitiera reparaciones mucho más rápidas en tiempo y forma a través de las bandejas.

El plan era que además de modernizar, se reducían riesgos, al tiempo que se llevaría a cabo el arreglo completo de ventanas, persianas y pintura de toda la escuela en una obra que el Ministerio de Educación de la Nación afectó a fines de 2022 fondos por más de 140 millones de pesos, para empezar a implementar las acciones en 2023.

La Nación giraba los fondos al municipio y éste era el encargado de llevar adelante el proyecto y para contratando a un arquitecto que dirija y a una empresa para que lleve adelante las tareas.

En el mes de julio de 2023 se iniciaron las tareas del proyecto, la obra avanzó durante unos meses cumpliéndose el 60% de la ejecución y después del 10 diciembre todo se frenó.

Después de esa fecha se realizaron reclamos a través de la vía del Consejo Escolar porque eso era lo que debía promoverse, además de notas a las jefaturas respectivas. Sin embargo, no hubo respuestas en relación a la continuidad del proyecto.

Todo hacía prever que durante las vacaciones estivales 2023/24 la obra quedara terminada y se inaugurara al inicio del presente ciclo lectivo, sin embargo, todo aquello que tenía relación con las tareas, pareció evaporarse.

El abandono es inexplicable, tal como ha ocurrido con tantas obras que llevaba a cabo el gobierno nacional a lo largo y ancho el país. Por otra parte, el panorama en el Normal, resulta decepcionante ya que en la planta alta el trabajo sobre los techos está sin terminar, al igual que la conexión eléctrica. Para pintar es necesario finalizar con esa primera parte, por lo tanto está todo sin pintar. Se había podido avanzar en algunas partes donde el techo se pudo lijar, pero la idea era ir por la terminación de todos los techos y luego pintar todas las plantas y galerías, pero todo está frenado. Por ese motivo alguien debiera haberle avisado al ministro Katopodis durante alguna de sus visitas a Junín, el problema que está pasando una de sus escuelas más importantes de la región que tiene cuatro niveles de enseñanza (inicial, primaria, secundaria y terciaria) brindando enseñanza a miles de niños, niñas y adolescentes y capacita a unos 700 inscriptos en los profesorados.

Aquel 60% de la obra realizada ha comenzado a deteriorarse, ya que edificio quedó con muchas goteras y filtraciones en los techos. Eso arruinó las placas nuevas que se habían colocado en la planta alta y la humedad produjo cortes de electricidad en la escuela por lo que debieron suspender las clases de turno noche ante algunas tormentas porque no había iluminación.

El problema de los cortes de energía también afecta a los servidores, las alarmas y la conectividad entre otras importantes cuestiones.

Si bien se pensó en algún momento que el municipio podría utilizar algunos de sus “fondos reservados” para darle un final a las tareas de infraestructura, ello no ocurrió a pesar de la gravedad de la situación y el riesgo que corren miles de alumnos que asisten diariamente a la institución.

Todavía restan pintar aproximadamente 14 aulas y otras galerías completas, realizar todo el lijado, recuperar los techos dañados. Eso llevaría una inversión actual aproximada de más de 200 millones de pesos merced a la inflación y ajuste respecto de julio 2023.

Sin embargo hasta el momento, el gobierno provincial mira las universidades nacionales demostrando que las acciones apuntan a la lucha de poderes entre los estados provincial y nacional, pero nada tienen que ver con las verdaderas necesidades de la educación y los estudiantes bonaerenses.