Por: Redacción Semanario de Junín

PÁGINA DE HUMOR PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 452 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 8 AL 14 DE MARZO DE 2025

No hay dudas que en el universo de reyes con estrellas y otros estrellados, Alexia pertenece al club de los primeros. Porque se tomó sus buenas vacaciones, acomodó los melones en el carro de Amarillo I, dejó en el sillón de Rivadavia a Gran Cuñado y los sialexistas cumplieron el mandato.

Ninguno hizo olas y como los Duques y Archiduques de la contra son funcionales a su idea, porque no hay uno que se corte solo o al menos le levante la voz aunque sea para chicanearlo, Alexia arrancó el año sin mayores complicaciones.

Porque que las hay, las hay, y si no, hay que preguntarle a los de las afueras que se aguantaron la lluvia de la semana pasada y chapotearon barro de lo lindo durante días y días o los que esperan las promesas de máquinas que no llegan, regadores en sequía que no aparecen o cartelitos que nunca terminan de instalarse.

Mejor no preguntarles nada a quienes recuerdan las salitas sanitarias casi sin profesionales, con horarios y turnos como si vendieran medias o corbatas y un largo listado de dolientes que, cansados de quejarse, optaron por dejar correr el agua, esperando tiempos mejores y otros monarcas que de verdad los consideren.

Ya saben que Alexia cuenta los días para irse y si no fue capaz ni le importó solucionar los problemas de su gente en este largo tiempo de capado, menos lo será ahora, que va y viene a Cumelén, buscando el abrazo que termine de cobijarle los sueños por venir.

Porque para eso trabaja y por eso interrumpió su descanso, en medio de los calores de enero, por un lado para disfrutar del fresquete montañés, pero sobre todo, para acomodar la que parece, será su nueva vida.

De ahí que empezó hace tiempo a mostrar su sucesor; su descendencia está a la vista. Un pariente al sillón de Rivadavia y una Duquesa al Concejo parecen ser, los bendecidos por Alexia, uno viene acomodado hace rato y si algo falla, nada mejor que un pariente adonde buscar acres que no estén y la dama, para captar simpatías, en un universo que aparece disputado y que sabe, no puede dejar nada librado al azar.

Es tiempo de definiciones, en poco tiempo se entra en la recta final y hay que empezar a mostrar gestión; esa palabra que tanto usa este monarca y tan bien disimuló ante su ausencia, porque fue bien poco lo hecho y abundantes las promesas; la más emblemática y duradera, la terminal de caballos prometida que no termina de arrancar. Pero en ese listado están los foquitos de los pájaros voladores que no puso, los cartelitos que olvidó, las calles y senderos imposibles de pisar, los barrios olvidados, y hasta los maceteros que iba  a colocar, cuando reformara el área centro que tampoco encaró.

En síntesis, dejó en pampa y la vía el centro, las afueras, los de las afueras y salvo unos poquitos elegidos, con él a la cabeza, todos quedaron en el pasado. Eso, sí, él, todo lo contrario; se afirmó y mira con optimismo el futuro.

PetrEgo

PetrEgo tiene escondida  una nueva zanahoria. Como en años anteriores, en este que será definitorio, pronto presentará en sociedad sus nuevas criaturas, con las que buscará instalar la ciudad del futuro. Algunos indicios hay, y con la casa de hamburguesas dio el primer paso; ahora sabe que con dos o tres cositas en marcha como el centro de logística (¡cómo le gusta poner nombres rimbombantes a cualquier cosa!) y el “Paseo de la Ribera”, y el por ahora escondido plan para el Parque Natural, le alcanzará para remar la que le falta. Después de todo, si llegó hasta acá con un par de semáforos y la doble línea amarilla que su amiga Troncoso pintó diecisiete veces en lugares distintos hasta que embocó el exacto, con esto que tiene pensado, busca afirmar su partida y ser recordado como un funcionario que funciona, aunque en los hechos sea todo lo contrario.

Ya se tomó sus brutas vacaciones, se reunió con Gran Jefe Mauricio en su lugar en el mundo y cumplió en las reuniones seccionales partidarias, buscando su lugar. Ahora mira a otra punta, porque el pelado también se lanzó y por eso PetrEgo se peina seguido, para no desentonar en las fotos y sabe que con poco, logrará su objetivo. No será fácil, porque es un territorio codiciado, se hace poco y se gana mucho, y como él, varios desean la nueva vida, así que se verá si el este fulano logra disimular el desquicio que hizo en el pago, y el que está a punto de hacer.

Como ya fue anunciada la llegada de megacentros comerciales, los distintos locales con vidrieras a las rutas nacionales son también parte de un negocio inmobiliario, que desde hace tiempo realizan en el país  los intendentes municipales con la complicidad de su corte adicta.  El “Paseo de la Ribera”, y el por ahora escondido plan para el Parque Natural, perfilan perfectamente el usufructo de tierras y maquinarias públicas para beneficio privado.

PetrEgo no quiere perderse el último negocio antes de partir.Es como dijo la abuelita del reino, el tiburón, una vez que prueba sangre, no quiere volver a comer pescado. Y si bien PetrEgo apenas da la talla para mojarrita, come como tiburón.

Te contamos todo lo que NO HICIMOS el fin de semana

*) Reparar calle Lartigau, entre Circunvalación y el puente del canal del Salado. Sigue siendo una pista para el Dakar pero no para personas y motos.

*) Darle otra rezada al Dios de la lluvia. Si sigue así, nos aporta a la laguna y pasamos a ser los Dioses del Olimpo.

*) Definir si somos violetas, si amarillos puro con Mauri o si somos neoamarillos con Horacio.

*) Mandarla a Troncoso a pintar lo que sea, con tal que sea amarillo le meta a cordones, esquinas, Primera Junta.

*) Sacar a relucir todos los proyectos que tenemos escondidos. Sabemos que no haremos  ni uno, pero precisamos mostrar la última zanahoria.

*) Rezar para que lo acepten a Cuña. Es buen tipo, pero sobre todo, me sirve mucho si me va mal.Jiji