

Para quienes entienden del tema, la solución no es manguerear a presión las alcantarillas de las calles, como muestra el municipio de Junín en las fotos cuando aparece alguna tormenta.
Lo necesario, explican los mismos especialistas, es llevar a cabo un trabajo planificado en toda la ciudad poniendo especial atención, también, a los desagües que llevan el caudal de las precipitaciones al río Salado, el cual por suerte tiene escaso caudal y puede recibir todos los excesos.
En menos de 10 días llovieron en Junín cerca de 200 mms. de agua y en cada caso muchas calles de la ciudad se convirtieron en un caos debido a la acumulación del líquido.
Incluso podía notarse cantidad de residuos sin recoger que tapaban lógicamente las bocas de tormenta.
Pero más allá de eso, el “tapón” para que el agua no circule hacia el cauce natural que representa el río Salado, que corre desde el balneario municipal laguna de Gómez hasta la laguna El Capincho, lo constituyen innumerables zanjones de diversa longitud y tamaño, interconectados a través de alcantarillas.
Desde hace años no se llevan a cabo tareas de mantenimiento de esas alcantarillas ni tampoco de los zanjones y arroyos. Con tal de dar una recorrida por la avenida de Circunvalación se podrán observar los pastizales alrededor de estos “escurridores” de las precipitaciones que se abaten sobre la ciudad.
La improvisación no es una crítica al aire realizada a esta gestión, sino una marca de agua desde que se constituyó la administración Petrecca con funcionarios que por lo general nada saben del tema.
Un ejemplo de lo que afirmamos es que recién después de los 200 milímetros caídos en poco más de una semana, este sábado pusieron en marcha una retroexcavadora para liberar de los pastizales acumulados a un arroyo que de estar en condiciones podría desagotar rápidamente un amplio caudal de agua que por negligencia termina quedando estancada en las calles, particularmente en las de tierra que tampoco tienen zanjeos mantenidos en cada cuadra.
Por ese motivo no se trata en estos casos de un daño causado por la naturaleza como se quiere hacer creer a la comunidad, sino a la falta de un trabajo planificado por parte de personal calificado para hacerlo.