

Por: Redacción Semanario de Junín
Anoche se reabrió la icónica sala de calle Arias del cine teatro San Carlos y hace falta despojarse de lo que significa el hecho emotivo para muchos, para poder dejar planteado un grave antecedente institucional que da de lleno sobre las autoridades municipales.
Tras la denuncia realizada por SEMANARIO el pasado miércoles respecto a que no había sido presentado ningún documento para su habilitación, el inquilino del lugar, Eduardo “Condorito” Di Marco intentó iniciar el trámite respectivo a las apuradas el jueves próximo pasado junto al arquitecto, e intempestivamente, a sabiendas de la relación amical que mantiene con el intendente Pablo Petrecca.
Sin embargo, según las versiones, ni siquiera pudo presentar el 20% de los antecedentes que se solicitan para poder otorgar un permiso que brinde seguridad a los 1.800 asistentes que podrían colmar el lugar y en relación a las ordenanzas vigentes.
Contra todo pronóstico y a pesar de la rigurosidad que suele manifestar el ejecutivo municipal en las exigencias a empresarios e industriales de nuestro medio, el mismo Petrecca fue partícipe del corte de cintas inaugural.
Esto no debiera sorprender, ya que el alcalde también es adicto a estas “lavadas de cara” que se presentan como obras faraónicas; sin embargo, el acontecimiento en el teatro es de una marcada gravedad institucional si se tiene en cuenta la anomia persistente en la ciudad para beneficiar al círculo íntimo del poder político.
Debiera suponerse que la encargada de habilitaciones municipal y los funcionarios de control ciudadano tan abocados a perseguir motociclistas sin casco, presentarán la renuncia frente a semejante desplante del mandamás que autorizó el evento de forma ilegal.
Debiera suponerse que el cuerpo de bomberos emita algún comunicado para desembarazarse de la responsabilidad en el caso de producirse algún imponderable en una sala sin acondicionamientos para la seguridad que ellos no controlaron.
Podría esperarse de los concejales (varios de ellos sentados en las butacas) la presentación de un pedido de informes acerca de la situación para dejar claro el tema ante sus representados.
Lo cierto es que la gestión Petrecca, una vez más demostró que gobierna para pocos y no para la comunidad en su conjunto y que lejos está de “cuidar al vecino”, lo cual se convirtió en otro slogan vacío de campaña eleccionaria.