

No importa si llueven diez, veinte o cincuenta milímetros. Con un poco ellas se arreglan, tal vez para sumarse a la idea del intendente de hacer de Junín una ciudad turística y con distintos atractivos.
Con diez es un charquito, con cincuenta una lagunita. Ese es el panorama que presentan algunas calles internas del parque natural laguna de Gómez que pronto, tendrá el acceso iluminado desde la ruta 7 hasta su mismo ingreso.
Como la laguna ganó algo de agua por las últimas calles, las callecitas cercanas no quisieron quedarse atrás de esa movida y decidieron acompañar al espejo mayor.
Es otro atractivo, aprovechan a formarse, ofrecen otra opción. Al menos para los nenes que en el lugar hacen pie y no corren mayores riesgos. Eso sí, no conviene animarse a pasar en un auto, a menos que sea anfibio.
Al menos por unos días, si es que sigue sin llover. Si vuelven a caer dos gotas, habrá lagunas para rato. Porque parece que el Municipio prefiere disfrutar de ese paisaje, antes que mandar una máquina a echar un poco de tierra, para que la calle vuelva a ser calle.