Por: Redacción Semanario de Junín

A fines de 2023 y principios del año pasado, las enfermedades transmitidas por mosquitos generaron amplia preocupación ya que estos insectos hematófagos se habían reproducido en forma muy numerosa, algo que no ocurrió durante el verano 24/25 y eso se notó en la baja incidencia del dengue.

Pero también de gravedad, la encefalomielitis equina (EE) –también conocida como encefalitis viral equina, locura equina o encefalomielitis viral equina– una enfermedad infecciosa producida por un alphavirus que afecta al sistema nervioso central, produjo dos víctimas fatales en nuestro medio.

Ambas estuvieron internadas en el HIGA Junín, y parte del personal a cargo en aquel entonces preparó un informe sobre uno de los fallecidos, denominado: “A propósito de un caso: encefalitis equina del Oeste, una nueva amenaza”, que fue presentado en el primer Congreso Latinoamericano de médicos de emergencia y publicado recientemente en la revista del Hospital Italiano de Buenos Aires y al cual tuvo acceso SEMANARIO.

El caso de estudio presentado se refirió a un paciente masculino de 47 años con antecedentes de diabetes tipo 2

ENCEFALOMIELITIS EQUINA

La EE es considerada una enfermedad de tipo estacional, vinculada con el aumento de las temperaturas y el crecimiento poblacional de sus vectores (el mosquito).

Se presenta con mayor prevalencia en la época primaveral-estival, donde las condiciones ambientales son más favorables para la transmisión del virus. Posee un periodo de incubación que puede variar entre 1 a 3 semanas y es una enfermedad de notificación obligatoria.

Particularmente, la encefalomielitis equina del oeste (EEO), que es la que afectó a este caso de estudio, es una variante que cursa con sintomatología nerviosa y desarrolla inicialmente un cuadro febril, seguido de ataxia e incoordinación hasta llegar al decúbito.

Los síntomas son comunes a otras enfermedades arbovirales, motivo por el cual su diagnóstico confirmatorio es por resultado de laboratorio.

Las médicas emergentólogas, Pía Belingueres, Sofía Magallanes y Romina Jourdane; todas profesionales de la salud pública que cumplían tareas en el servicio de emergencia del Hospital Interzonal General de Agudos “Abraham Piñeyro” sito en nuestra ciudad, fueron las encargadas de recopilar los datos clínicos, redactar el caso clínico, revisar la literatura y hacer una lectura crítica del informe y presentarlo en el Primer Congreso Latinoamericano de Medicina de Emergencias SAE -2024. De ese modo, el trabajo adquirió una importante relevancia y ahora fue publicado por la Revista del Hospital Italiano de Buenos Aires.

En Provincia de Buenos Aires se confirmaron 58 casos y 20 probables. De los positivos, tres fallecieron; todos vivían en zona rural

EL INFORME

El trabajo llevado a cabo por las profesionales de la salud pública comienza destacando que “en la semana epidemiológica (SE) 48 del año 2023 se constató en la Argentina la presencia de encefalitis equina del Oeste (EEO) en equinos en varias provincias del país, enfermedad viral que también puede afectar al ser humano”.

En la Argentina se han identificado brotes en equinos, asociados a casos humanos, en 1972/73 y 1982/1983.

En la SE 51 del año 2023, el Ministerio de Salud de la Nación notificó el primer caso de encefalitis equina del Oeste en seres humanos.

Desde esa fecha y hasta el 23/3/2024 (SE 13) se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud 465 casos sospechosos en 17 provincias y 121 fueron positivos; todos requirieron hospitalización y se registraron 10 fallecidos.

Gran porcentaje de los afectados presentaron relación con ambientes rurales (residencia, actividades laborales o recreativas), así como también contaban con comorbilidad previa (diabetes, enfermedad oncológica, hipertensión arterial, entre otras). Los casos fallecidos se dieron en personas de entre 36 y 74 años y el 92% corresponden a sexo masculino.

En cuanto a la Provincia de Buenos Aires se confirmaron 58 casos y 20 probables. De los casos positivos, 3 fallecieron; todos vivían en zona rural y dos de ellos tenían comorbilidades.

“En la ciudad de Junín nos enfrentamos a la sospecha de 4 casos, con confirmación de 3 de ellos”.

El período de incubación de la enfermedad es de 2 a 10 días. La mayoría de los casos son asintomáticos o cuadros leves inespecíficos (fiebre, astenia, mialgias, malestar general), que se resuelven espontáneamente en 7 a 10 días. Las infecciones sintomáticas son poco comunes, pero pueden ser graves caracterizándose por síntomas neurológicos que pueden ir desde cefalea, vómitos, temblores generalizados (manos, labios y lengua), debilidad, hasta rigidez de nuca, deterioro del sensorio, convulsiones, espasticidad y coma, dejando secuelas neurológicas permanentes (convulsiones, deterioro cognitivo, espasticidad) que alcanzan hasta a un 30% de los pacientes, principalmente niños. La mortalidad en humanos es de un 3 o 4%.

EL CASO DE ESTUDIO

El caso de estudio presentado se refirió a un paciente masculino de 47 años con antecedentes de diabetes tipo 2 en tratamiento con hipoglucemiantes orales, de profesión trabajador rural que ingresó al Servicio de Emergencias el 26 de diciembre de 2023 por cuadro de delirio asociado a fiebre de 72 horas de evolución.

Al examen físico se encontraba “febril, vigil, desorientado en tiempo, espacio y persona, con trastorno conductual con hiperactividad psicomotriz, discurso desorganizado, temblor esencial en manos y facie, pupilas isocóricas reactivas y simétricas, difícil evaluación de signos meníngeos por el estado el paciente. Ante este cuadro se procede a la realización de pruebas diagnósticas incluyendo laboratorio”.

A pesar del tratamiento de sostén, el paciente presentó “una evolución tórpida, febril persistente, manteniéndose en asistencia respiratoria mecánica en presión soporte, traqueostomizado, vigil, sin respuesta a órdenes simples, a pesar de encontrarse sin sedación”.

El 4 de enero del año 2024 se confirmó el diagnóstico de EEO, el 16 del mismo mes se realizó traqueotomía y hacia el 2 de febrero de 2024, el paciente siguía sin mejoría del cuadro clínico.

Finalmente, el día 10 de abril del año 2024 el paciente fallece por complicaciones de internación prolongada en la Unidad de Terapia Intensiva del HIGA Junín.

Los síntomas son comunes a otras enfermedades arbovirales, motivo por el cual su diagnóstico confirmatorio es por resultado de laboratorio

CONCLUSIONES

Belingueres, Magallanes y Jourdane, al llevar adelante las conclusiones del informe, puntualizaron que “tanto la gravedad como la complejidad de la encefalitis equina del Oeste, particularmente en áreas rurales donde el acceso a medidas preventivas y la atención médica especializada son limitados”.

Sin embargo y a pesar de la situación destacaron entre las fortalezas del manejo “la identificación oportuna de los síntomas y su vínculo con la EEO, permitiendo un tratamiento sintomático adecuado”, aunque reconocieron que “las limitaciones incluyen la ausencia de tratamientos antivirales efectivos, lo que subraya la necesidad de avances en investigación y desarrollo terapéutico”.

La presentación del grupo de emergencias, fue reconocido con la publicación, en el sentido de que sirve para alertar acerca de las características de gravedad que conlleva esta patología y las dificultades que presenta para su atención por generarse en ciudades del interior con escasos insumos y además con pacientes afectados en las zonas rurales.

“El equipo clínico realizó un enfoque integral, descartando otras causas posibles de encefalitis. Este proceso resalta la necesidad de mejorar el acceso a herramientas diagnósticas avanzadas, fundamentales para diferenciar la EEO de otras encefalitis virales y optimizar el manejo clínico”.

Puntualizaron además que “la rareza del caso presentado y sus complicaciones neurológicas irreversibles enfatizan la gravedad de la enfermedad y resaltan la importancia de una evaluación cuidadosa en entornos con alta exposición al vector”.

Este informe no solo ilustra la complejidad de la EEO, sino que también subraya su potencial valor en la investigación de enfermedades infecciosas emergentes.

Por ese motivo los especialistas instaron a que “profundizar en estos casos, puede contribuir al desarrollo de tratamientos específicos y enfoques más efectivos en su manejo”.

A pesar de los esfuerzos realizados, señalaron que “las secuelas neurológicas graves observadas en este caso reflejan la falta de tratamientos específicos y de estrategias preventivas adecuadas”.

Entre las acciones concretas recomendadas se destacaron “la vacunación en equinos como medida clave para interrumpir la transmisión del virus, la implementación de campañas educativas dirigidas a trabajadores rurales sobre el uso de barreras físicas para prevenir picaduras de mosquitos, y el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia epidemiológica para detectar casos tempranos en áreas endémicas”.

Hicieron hincapié en que “estas estrategias son esenciales para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas a la EEO y minimizar su impacto en la salud pública. Pero, la escasa concientización comunitaria y la insuficiente vacunación en animales dificultan la atención integral de los pacientes y aumentan el riesgo de complicaciones graves, que pueden culminar en el fallecimiento”.

La literatura médica indica que la EEO es una enfermedad emergente con un impacto significativo en la salud pública.

En conclusión, este caso clínico no solo ilustra las complicaciones neurológicas irreversibles asociadas a la EEO, sino también sirve como un llamado a mejorar las medidas preventivas, promover la concientización comunitaria y fortalecer la preparación ante enfermedades infecciosas emergentes.

“Las lecciones clave de este informe son la importancia de una evaluación temprana en pacientes expuestos, la mejora en las medidas preventivas y la necesidad de avanzar en la investigación clínica para abordar enfermedades emergentes con alta mortalidad y morbilidad”, expresaron por último las especialistas del HIGA Junín.