Por: Ismael A. Canaparo
El bandoneonista Orlando Luis Rasia, más conocido como “Lalo”, murió ayer a los 83 años, víctima de algunos problemas de salud, que en los últimos tiempos lo tenían a mal traer. Un golpe tremendo para el mundo de la música y de la comunidad, como así para los familiares y amigos.
En el estudio del fueye, su maestro fue el de muchos: Salvador Mancuso. También, Arturo Viora incidió fuertemente en su preparación, al extremo que luego lo llevó a su propia orquesta, donde permaneció largos años. Además, tocó con las agrupaciones de José “Pocho” Luca, Osvaldo López y Héctor Raúl Bianco.
Su último trabajo consistió en integrar, desde el bandoneón, la agrupación “Argentango”, con veinte años de trayectoria, junto a los teclados de Hilda Isaac y la flauta de Raúl Romano. Eventualmente, acompañados por las voces de Analía Ramos, Omar Pagano, Andrés Pastorino, Jorge Micheref y María Picchi, entre otros. El conjunto grabó un CD al cumplir dos décadas de vigencia, con la producción de Carlos Giacobini.
Cabe apuntar que en sus inicios, en 2002, “Argentango”, estaba constituido con Nelson Lorenzo y el propio Rasia (bandoneón), Hilda Isacc (piano), Valeria Huichaqueo (teclado eléctrico), Walter Dujesiefken (contrabajo) y Omar Decarre y Liliana Salino (cantantes). Durante su vigencia, el conjunto contó con los aportes de renombradas figuras, como Adolfo Falcón, Mariano Guglielmeti, Hugo Fusé, Arturo Viora, Mario Arangües, Daniel Ferrúa, Claudia Levato, César Diotti y Jorge Gallardo.
La niñez la vivió en el populoso barrio de Villa Belgrano, con domicilio enfrente de la Plaza Sarmiento y al lado de la parroquia Sagrado Corazón. En el deporte, practicó fútbol y básquetbol en el club de sus amores: Villa. La sede de la V Azulada fue su segunda casa. Allí, de adolescente, aprendió a beber el lindo gusto por el tango, con las grandes orquestas que contrataba la entidad: Aníbal Troilo, José Basso, Juan D'Arienzo, Osvaldo Pugliese, Francisco Rotundo y tantas otras.
En el plano laboral, se jubiló en los talleres del ferrocarril como supervisor principal de la sección Aire Acondicionado. Previamente, se había graduado como Experto Ebanista en la Escuela Fábrica Yapeyú, en los años 1955/56/57, luego de cursar la primaria en la Escuela Nº 18. Al margen de acariciar las teclas del bandoneón, también trabajó como lustrador de muebles, en las ex mueblerías San Martín y Belgrano.
Hacía ya un tiempo que “Lalo” se había retirado del escenario de Picasso y de otros lugares donde se podía gozar de la música del dos por cuatro. Sin embargo, de algún modo, seguía cerca de los amigos, en peñas y reuniones, siempre con el bandoneón canturreando en sus rodillas. Por el ejemplo en el grupo del Club B.A.P. y en el que integran Claudio Sottile, Raúl Malavolta, Miguel Racosta, Aldo Naso y Carlos Centeno.
Con esta triste noticia de la muerte de Rasia, continúan apareciendo recuerdos. Es lo que pasa con quienes dejan huella en ese hermoso camino que es el tango.
Estaba casado con Marta Mabel Mañasek (ya fallecida), con quien tuvo la alegría de dos hijos: Claudio y Mauricio, y la dulzura de cuatro nietos: Rodrigo, Piero, Alejo y Genaro.